LOS HILOS DEL TIEMPO

 

 

 

 

 

Ana Guzmán

Mª Antonia de la Torre Orozco

Amalia Sobral Volpe

Lola Romero Benavides

Rocío León Padial

 

 

 

LOS HILOS DEL TIEMPO

Colección Medusa, número 4

 

© del prólogo: Diego Tomé Merchán

© de los textos: las autoras

© de la edición: Ediciones Azimut

Maquetación eBook: ePubOnline

 

1ª edición enero de 2018

ISBN: 978-84-948219-0-5

 

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CUESTIÓN DE TIEMPO

Prólogo
 

 

 

Era cuestión de tiempo. Aunque ellas piensen que su decisión se tomó hace un par de años, lo cierto es que su historia comenzó bastante más atrás, cuando no se conocían, cuando mirar hacia el futuro suponía mirar a las nubes, mancharse las manos de tinta al esconderse en trozos de papel, prometerse vívidas y despiertas. Podemos decir que fue desde siempre cuando estas cinco escritoras, almas amigas, demostraron que tenían algo que compartir: sus miradas, llenas de inquietud, y su inconmensurable sensibilidad.

Queramos o no, quienes amamos las palabras, y más aún darles vida, escribimos siempre desde la mirada que nos da el ojo que escondemos a la espalda, el que nos hace distinguir nuestros pasos en la arena del tiempo frente a otras huellas que nos cruzamos o que nos atrevimos a dibujar con una rama mientras nos deteníamos a respirar, a llorar o a soñar. Nuestras palabras son lecho de piedras que apartamos del camino o que guardamos en la mochila, son heridas por desbrozar adversidades y cicatrices de batallas luchadas. Pero no todas pesan o duelen, algunas flotan y nos hacen flotar, son aquellas victorias que nos apuntamos cubiertas de barro y manchas de tomate, son todas y cada una de las sonrisas que se nos escapan por la boca y se atrincheran para siempre en el cielo como estrellas, son el amor que bebemos y que ofrecemos, el mismo que nos hace mirar atrás y adelante a la vez, que puede hacernos crecer hasta mirar por encima de las nubes. Y es que escribir es, entre otras cosas, honrar nuestra memoria, pero sobre todo, reconocernos como aprendices.

Es cuestión de tiempo. Es inminente que consigas, lector, experimentar algo que, por encima de la magia y la Ciencia, le corresponde a las artes, y es compartir tiempo, lugar y emoción con las artistas. Y ahora, cuando te aventures a pasar las primeras páginas de este libro, lo vivirás con estas cinco escritoras: Amalia, Ana, Loli, Toñi y Rocío. Una hermosa sincronización que tengo la suerte y el orgullo de disfrutar desde que las conozco, allá por el año 2013. Te encontrarás con unos relatos tímidos, porque no se habían atrevido a aparecer más que en el pequeño círculo que crea la confianza y en la seguridad que proporcionan los concursos de relatos cortos. Tímidos, que no cobardes, porque cada uno de ellos se compone de una honestidad envidiable y sobrecogedora. Espero sinceramente que los recibas como quien descubre una cápsula del tiempo enterrada en el bosque o abre un diario del cual no se disponía la llave.

No hay escritura sin aprendizaje, como dijimos antes, pero tampoco la habrá sin una introspección consciente del mismo. Lanzarnos al vacío del folio en blanco no es un acto de valentía si simplemente masticamos las palabras y las mostramos tal cual nos llegaron, lo será cuando esas palabras hayan sido digeridas, cuando nos haya abrumado ordenarlas, cuando nos haya dado escalofríos descartar unas y elegir otras, con la misma asfixia que produce elegir entre papá o mamá. Serán poderosas las palabras que vienen de aquélla honestidad de la que hablábamos, cuando, pese a sentir miedo, elegimos contar lo que nos estremece, lo que nos desborda, lo que es escrito desde esa emoción que sólo produce el sentirnos conscientes de nuestro momento actual. Y es que escribir es, entre otras cosas, estar en el presente, poner nuestros cinco sentidos al servicio de nuestras palabras.

Será cuestión de tiempo, no sé de cuánto, que nuestras cinco escritoras tracen nuevas metas y las crucen con el mismo entusiasmo que afrontan este libro. Será cuestión de tiempo que Ana nos regale su acertado y fino amor por las palabras, que Amalia nos conduzca a la sorpresa en una melódica travesía, que Loli vuelva a impregnar de cruda valentía sus textos, que otros proyectos acojan la elegancia y cuidada expresión de Toñi, que Rocío nos regale nuevas y reveladoras estampas fotográficas. De momento, te animo a que elijas continuar con esta lectura, que aprendas de lo leído y vivas en cuerpo y alma lo experimentado con ellas.

Escribir también es consentir un delirio, es aceptar un viaje en el que nadie ha estado jamás, donde no sabes si aceptarán tarjeta de crédito o cuánta ropa de abrigo llevarás. Consiste en permitirte bucear en los oscuros rincones del alma y en dejarte guiar por la luz deslumbrante de la curiosidad, porque solo la literatura, hija del arte, nos permite asomarnos a estos abismos sin peligro, imaginar el futuro, ensoñarnos con el resultado de nuestras decisiones, aunque ello nos suponga errar y tener que volver a empezar.

Todo esto es escribir, todo esto es literatura, el hilo de un ovillo rojo con el que nacemos y que sólo con curiosidad, determinación y valentía conseguiremos vislumbrar y tejer las más maravillosas historias.

 

Diego Tomé Merchán

 

 

 

 

 

AYER

 

 

 

 

“El tiempo lo cura todo, pero también lo quema todo. Lo bueno y lo malo.
Te arranca de la memoria cosas que quisieras tener ahí.
El tiempo se lo lleva”.

Ana María Matute