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El pueblo hispano-musulmán, tan amigo de la decoración, no podría olvidar el capítulo de las artes decorativas que cultivó con acierto y variedad, dando muestras de su habilidad característica en todas las labores manuales. Entre los musulmanes la artesanía estaba elevada a precepto moral. El Corán obliga bajo graves penas morales a los artesanos a ejecutar con toda honradez y perfección sus trabajos y a cobrar por ellos lo que fuera justo sin excederse lo más mínimo. Mientras en toda la antigüedad el artesano, y aun el artista manual, por el solo hecho de emplear las manos en su trabajo se ve menospreciado, desplazado y situado en el escalón del anonimato, entre los musulmanes se valora casi con exceso el trabajo manual y se honra cumplidamente a sus ejecutantes. Es uno de los rasgos democráticos de esta cultura igualitaria ante Dios que mide por el mismo rasero al noble que al mendigo, siempre que ambos reconozcan la providencia de un sólo Dios y los preceptos coránicos.

Son muy variadas las artes decorativas musulmanas y comprenden desde la escultura (muy escasa) a la cerámica, pasando por las telas, alfombras, armas, orfebrería, etc. Un hueco importante lo constituye la escasez de representaciones figurativas en general. Los árabes de los tiempos del profeta fueron iconoclastas decididos. Más tarde, cuando el emirato se trasladó a Bagdad, en la época abbasida, encontramos algunas muestras de manuscritos iluminados con figuras humanas de típica ascendencia sasánida. En España tampoco abundan las pinturas y carecemos de representaciones humanas, sin duda por un prejuicio de tipo religioso. Ello hace que el artista musulmán, tan diestro en otras obras, no sepa representar con fidelidad lo figurativo, que nunca ha intentado observar con atención.

1. Fuente de Los Leones de La Alhambra

Comenzaremos por la escultura, que es muy escasa en la España musulmana por las razones de corte religioso que hemos anticipado. La fuente de los Leones de la Alhambra sostenida por representaciones de este animal es uno de los pocos ejemplares de bulto redondo en toda nuestra geografía. Las esculturas tienen una influencia oriental marcadísima. Son muy parecidas a los monstruos y grifos que decoran los tejidos mesopotámicos y persas de la época. Las melenas y, en general, toda la cabeza de los leones tienen un carácter convencional que da la sensación de haberse ejecutado únicamente con fines decorativos, como se podía haber hecho una fuente sobre un banco de piedra. Pero se ha ignorado por completo el sentido naturalista de las figuras. En ningún momento se ha pretendido reflejar la figura zoológica del natural. Prueba de ello es que todos los ejemplares lucen las mismas características y rasgos y difieren escasamente entre sí. Las diferencias son más bien de ejecución que premeditadamente buscadas por el artista. Es una escultura de tipo convencional sin paliativos. Muy problemática su datación exacta, debemos, sin duda, relacionarla con la erección del patio por Mohamed V a finales del XIV y principios del XV.

Fuente de los leones.

2. Pila de La Alhambra. (Frente posterior)