Akal / Literaria / 66
Andrés Sorel
Último tango en Auschwitz
Diseño de portada
Sergio Ramírez
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© Andrés Sorel, 2013
© Ediciones Akal, S. A., 2013
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ISBN: 978-84-460-3837-5
Nadie lee nada; si lee, no comprende nada;
si comprende, lo olvida enseguida.
Ley de Lem (Stanislaw Lem)
Nadie habla de Auschwitz; si habla, no comprende nada;
si comprende, lo olvida enseguida.
Ley de Auschwitz (sin autor)
Hoy Alemania figura como la escoria de la Humanidad y un ejemplo del mal. La justicia y la verdad, sofocadas; la mentira, con la exclusiva de la palabra, la libertad pisoteada; el carácter y toda decencia, abatidos y una corrupción que clama al cielo en todos los estratos; gentes todas adoctrinadas desde la infancia en un delirio calumniador de superioridad racial; predestinación y derecho a la violencia; educadas para nada más que la codicia, el robo y el saqueo; eso ha sido el nacionalsocialismo.
Thomas Mann (1945)
Negra leche del alba bebemos de tarde
la bebemos a mediodía de mañana la bebemos de noche
bebemos y bebemos
cavamos una fosa en los aires no se yace allí estrecho
Vive un hombre en la casa que juega con las serpientes que escribe
que escribe al oscurecer a Alemania tu pelo de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus
mastines
silba a sus judíos hace cavar una fosa en la tierra
nos ordena tocar a danzar
[…]
Tu pelo de ceniza Sulamit cavamos una fosa en los aires no se
yace allí estrecho
Grita hincad los unos más hondos en la tierra los otros cantad y tocad
agarra el hierro del cinto lo blande con sus ojos azules
hincad los unos más hondo los palos los otros seguid tocando a danzar
[…]
Grita que suene más dulce la muerte es un Maestro Alemán
grita más oscuro el tañido de los violines así subiréis como humo en el aire
así tendréis una fosa en las nubes no se yace allí estrecho.
Paul Celan, Fuga de muerte (fragmento)
Este poema apareció publicado en la revista de Bucarest Contémporanul traducido con el título de Tango de muerte.
En un folleto editado en varias lenguas por el Ejército Rojo, año de 1944, se relataba que, según escribe John Falstiner, en el Lager de Lublin-Majdenek, los componentes de la orquesta judía allí internados interpretaban tangos durante las marchas hacia los campos de trabajo y en las selecciones realizadas entre los condenados a morir en las cámaras de gas, y que otra orquesta judía, ésta en el campo de Janowska, ejecutó una pieza titulada Tango de la muerte, inspirada en una melodía del compositor argentino Eduardo Vicente Blanco anterior a la Segunda Guerra Mundial. Se conserva una foto de la orquesta del campo.
Eduardo Vicente Blanco era el autor de la letra y la música del Tango de la muerte. En su origen se llamó Plegaria y estuvo dedicada al rey Alfonso XIII. Algunas informaciones señalan que el tango fue interpretado en una ocasión en el año 1939, durante un concierto ofrecido, entre otras personas, a Hitler y Goebbels. Fue grabado en versión alemana en Berlín en 1939.
Por ser tocado en los campos nazis de exterminio pasó a denominarse Tango de la muerte. Diferentes autores argentinos, como Alberto Novio –grabado por Carlos Gardel– y Horacio MacKintosh, éste sin letra y origen de una película, lo incluyeron en su repertorio. El original de Plegaria decía en una de sus estrofas:
Plegaria que llega a mi alma
al son de lentas campanadas,
plegaria que es consuelo y calma
para las almas desamparadas.
¡Ay de mí!
¡Ay Señor!
Cuánta amargura y dolor.
Cuando el sol se va ocultando
y se muere lentamente,
cruza un alma doliente
en el atardecer.