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Akal / Universitaria / Serie Ciencia política /343

Director de la serie: Ramón Máiz

Donatella Della Porta y Michel Keating (eds.)

Enfoque y metodologías de las ciencias sociales

Una perspectiva pluralista

Traducción: Raquel Vázquez Ramil

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Diseño de portada

RAG

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Nota a la edición digital:

Es posible que, por la propia naturaleza de la red, algunos de los vínculos a páginas web contenidos en el libro ya no sean accesibles en el momento de su consulta. No obstante, se mantienen las referencias por fidelidad a la edición original.

Título original

Approaches and Methodologies in the Social Sciences. A Pluralist Perspective

Publicado originalmente por Cambridge University Press, 2008

© Ediciones Akal, S. A., 2013

para lengua española

Sector Foresta, 1

28760 Tres Cantos

Madrid - España

Tel.: 918 061 996

Fax: 918 044 028

www.akal.com

ISBN: 978-84-460-4027-9

 

 

Yo he vivido con gentes de letras que han escrito la historia sin mezclarse en los asuntos prácticos y con políticos que nunca se han preocupado más que de producir hechos, sin pensar en describirlos. Siempre he observado que los primeros veían por todas partes causas generales, mientras que los otros, al vivir en medio del entramado de los hechos cotidianos, tendían a imaginar que todo debía atribuirse a incidentes particulares, y que los pequeños resortes que ellos hacían jugar constantemente en sus manos eran los mismos que mueven el mundo. Es de creer que se equivocan los unos y los otros.

Alexis de Tocqueville, Recuerdos

Prólogo a la edición española

Este libro surgió de un curso del Instituto Universitario Europeo (IUE), cuyo fin era analizar diferentes métodos y perspectivas y abrir nuevas vías que ampliasen las rígidas posturas adoptadas por ciertos investigadores. Desde entonces se ha generado un intenso debate internacional cuando presentamos nuestras ideas a ambos lados del Atlántico y en otros lugares. Hemos recibido un gran apoyo de colegas de todas las generaciones, pero también hemos tropezado con recelos. En un congreso internacional un colega veterano preguntó si todo lo que había estudiado sobre metodología resultaba inútil. Naturalmente, no pretendíamos afirmar semejante cosa, sino recalcar la necesidad de aglutinar los diversos enfoques que existen en la actualidad. Un grupo de estudiantes universitarios, aunque reconocían los méritos de la perspectiva plural, pensaban que la mejor forma de conseguir trabajo era acogerse a una de las perspectivas existentes y no asumir riesgos. Observamos una tendencia similar en los artículos que hemos tenido que evaluar para su publicación en revistas: se enmarcan en un enfoque establecido, realizan la investigación empírica dentro de dicho marco, y concluyen confirmando la ortodoxia o añadiendo detalles menores, en vez de construir un enfoque para la cuestión que se investiga. De todo ello se deduce que aún nos queda un largo camino por recorrer en las ciencias sociales. Mientras tanto, nuestro mensaje para los licenciados universitarios es que, si bien a corto plazo tal vez tengan más oportunidades laborales adoptando la ortodoxia habitual, a largo plazo los líderes de la profesión serán quienes amplíen horizontes cada vez mayores, y que en las ciencias sociales las modas cambian con el tiempo; por tanto, el precio de encajar en lo que hoy funciona es quedar desfasado más adelante.

Y, sobre todo, se nos ha pedido una explicación sobre el verdadero significado del pluralismo en las ciencias sociales, tanto a nivel filosófico como práctico. Esa es la esencia de nuestro nuevo proyecto sobre el pluralismo metodológico. Pretendemos demostrar que hay formas de combinar enfoques y métodos, y que para abordar determinados temas es necesario interconectar metodologías. Los debates sobre métodos y enfoques en ciencias sociales nunca se acaban, puesto que cada enfoque aborda una pregunta concreta, y difícilmente llegaremos a una descripción consensuada de la realidad social. Los descubrimientos más recientes de las ciencias naturales apuntan en la misma dirección que la elegida por nosotros; no se trata de un enfoque «no científico», sino de la máxima expresión del ideal científico.

Donatella della Porta y Michael Keating

Prólogo

La génesis de este libro se remonta a los primeros años de la década del 2000 en el Instituto Universitario Europeo (IUE), cuando una serie de investigadores denunciaron el abandono de los «métodos cualitativos». Puesto que solo una minoría del profesorado trabajaba con métodos cuantitativos, dimos por sentado que el resto se decantaba por los cualitativos al estilo de Monsieur Jourdain de Molière, que hablaba en prosa sin saberlo. Varias discusiones y debates pusieron de manifiesto que, en la mayoría de los casos, los investigadores se referían a algo más, a una epistemología concreta y no tanto a un método, cuyo significado se extendía por toda la disciplina. Aunque resultaba difícil determinar con exactitud qué se entendía por «cualitativo», se aceptaba su definición como lo opuesto a «positivista», otra calificación que la mayoría de los profesores se resistían a asumir y que proliferaba por todas partes.

El IUE no era un caso único a este respecto; se trataba tan solo de la última expresión de un maniqueísmo en el que tendían a caer los especialistas en ciencias sociales, impelidos a definirse en campos opuestos. La imposibilidad de encontrar un término o vocablo compartido para los dos enfoques indicaba que la cuestión era mucho más compleja. Asimismo, quedó claro que la mayoría de los temas discutidos no eran nuevos, sino ecos de debates en el terreno de la filosofía, la sociología y la ciencia política que se remontaban a la época clásica. En vez de sucumbir a las guerras culturales que han arruinado tantas facultades de ciencias sociales, sobre todo en Estados Unidos, decidimos iniciar un debate entre diferentes escuelas y enfoques y analizar a fondo los temas en cuestión. Entendemos que un requisito imprescindible de todos los doctorandos de ciencias sociales es la familiaridad con los debates del momento y la capacidad para leer con espíritu crítico un trabajo y valorar su perspectiva, venga de donde venga. Además, deben ser conscientes y, por tanto, capaces de defender la perspectiva elegida en su investigación. Si critican otras perspectivas, habrá de ser desde el conocimiento. Por último, tienen que saber combinar, hasta donde sea posible, diferentes perspectivas en un plan de investigación coherente.

Con estas premisas se planteó un seminario común de un año para estudiantes de doctorado de ciencia política, sociología, relaciones internacionales, y teoría política y social. Los estudiantes han sido nuestros críticos más exigentes al insistir en la claridad y la coherencia y animar a los profesores a debatir entre sí. Tal vez el efecto inmediato del seminario haya confundido y complicado sus ideas sobre la investigación, pero esperamos que al final tengan una noción más clara del lugar que ocupan y comprendan que los temas de discusión no son tantos como parecía al principio. La tendencia de los profesores a inventar nuevos conceptos, ampliar los antiguos, recalificar otros y a dividirse en facciones enfrentadas ha aumentado con el tiempo, y la víctima quizá sea la actual generación de estudiantes universitarios.

Por sugerencia de Helen Wallace, entonces directora del Centro de Estudios Avanzados Robert Schuman del IUE, convertimos un curso en libro. Nos vimos así obligados a meditar en detalle el contenido y la coherencia, pero creemos que la experiencia de los autores que han trabajado juntos durante dos años nos ha permitido aclarar los temas. No ofrecemos un único enfoque de las ciencias sociales, ni siquiera pretendemos sintetizar los existentes en un todo. Se trata de un proyecto pluralista, inspirado por la idea de que no existe una única «vía óptima» y por el compromiso y la tolerancia ante los diferentes enfoques. Sin embargo, no vemos factible el debate entre esos enfoques utilizando los medios habituales de argumentación; por ellos, hemos procurado presentar dicho debate en estas páginas.

Ciertas características del IUE no convirtieron dicho debate en algo único, pero lo dotaron de interés. El Departamento de Ciencias Políticas y Sociales es profundamente interdisciplinar, con componentes de ciencia política, sociología, relaciones internacionales, y teoría política y social; pero además estamos hablando de una institución europea, con estudiantes de doctorado procedentes de todos los países de la Unión Europea y otros lugares. Los estudiantes aportan una educación rica y variada, y el conocimiento no solo de sus países, sino también sus contribuciones concretas a las diferentes disciplinas. Y, en consecuencia, nos estimulan y desafían constantemente para superar nuestra formación particular y, sobre todo, para trascender los libros de ciencias sociales, mayoritariamente anglófonos. Los estudiantes nos obligan a aprender otros idiomas, a leer en otras lenguas y a asociar ideas derivadas de tradiciones nacionales distintas; y contribuyen a construir, en las relaciones cotidianas, un enfoque realmente transnacional de las ciencias sociales.

Todo ello hace que nuestra empresa sea la quintaesencia de lo europeo. No queremos decir con eso que exista una única forma europea de hacer ciencias sociales, susceptible de ser comparada con la estadounidense. Los ejemplos de elección racional, de constructivismo o de institucionalismo histórico son idénticos en ambos lados del Atlántico. Sin embargo, en Europa hay una mayor pluralidad de enfoques. Las tradiciones intelectuales nacionales son múltiples, y es menor la tendencia a que un solo enfoque se imponga en un momento concreto o en una institución dada. Igual que en el propio proyecto europeo, diferentes puntos de vista y expectativas han de convivir con mayor o menor armonía.

Abundando en la analogía, identificamos a grandes rasgos tres posturas diferentes. Están los que se han comprometido con un enfoque concreto y piensan que todo el mundo debe aceptarlo.

Otros se decantan por un enfoque y les gustaría que prevaleciese, pero comprenden que no es realista y que, si hubiese un enfoque único, seguramente no sería el suyo; son los pluralistas pragmáticos. Por último, están los que consideran el pluralismo como algo positivo en sí, puesto que el pluralismo intelectual enriquece la experiencia de la investigación al animarnos a aprender y a asimilar cosas los unos de los otros. Esta última perspectiva es la que nos ha impulsado a elaborar nuestra recopilación. Creemos que la ciencia social no debe caer prisionera de ninguna ortodoxia y que ha de renovarse aprendiendo de otras disciplinas y de nuevos descubrimientos, y revisando su propio pasado. No significa esto que creamos que «vale todo» o que los investigadores pueden mezclar a su antojo ideas, enfoques, teorías o métodos. La metodología es importante, el rigor intelectual esencial en todos los enfoques, y la claridad y la coherencia, vitales.

Agradecemos a Yves Mény, presidente del IUE, su apoyo a este proyecto y a nuestros alumnos de doctorado, la inspiración y las críticas.