Agradecimientos

A Jordi Nadal, editor de este libro, amigo entrañable y persona de una cultura extraordinaria, gracias por haber aceptado mi propuesta de edición.

A Henry Chesbrough, por la amistad de todos estos años, por el respeto que infunde el aprendizaje que nos permite. Gracias por haber aceptado escribir este prólogo.

A Enric Ansesa, por su generosidad y por crear la gran obra incluida en la página 7 de este libro. En él siempre vi a alguien que esquivaba la mediocridad, tanto artística como gastronómica.

Al equipo de Lead to Change de Barcelona, Madrid, Boston y Santiago de Chile. Gracias por avanzar y aprender juntos. Gracias por el modo de facilitar las cosas. También a los emprendedores del nuevo proyecto sobre big data de 8Wires en el que tantas esperanzas depositamos.

A Manuel Cermerón, por su apoyo y amistad y por sus reflexiones sobre las organizaciones ambidiestras.

A Francisco Lozano, por lo que hemos aprendido juntos sobre innovación.

A Richard Straub, por haberme permitido liderar la Barcelona Drucker Society. He aprendido muchísimo en los Global Drucker Forum que organiza cada año en Viena.

A Paco Solé Parellada, por haber sido uno de mis maestros sin haberme dado nunca clase. Por lo que me ha enseñado de la vida y del management. Paco Solé es lo que Pla diría un «homenot» completo.

A Francesc Santacana, de quien tanto aprendí, cuya pérdida dejó a Barcelona y a todos nosotros un poco huérfanos.

A Ramon Bosch, por sugerirme, en medio de algunos de nuestros entrañables paseos por Sant Llorenç y la sierra del Obac, el título de este libro.

A Javier García, de Sintetia, por curar un blog con tanto contenido y darnos cabida a algunos aspirantes.

A mis clientes, sin ellos todo esto no sería posible. Especialmente a aquellos clientes en los que anida una amistad sincera.

A mi familia, por sus presencias y por perdonarme mis ausencias, especialmente a Montse por su cariño, comprensión y apoyo. A mis hijos, Marc y Joan, por su estima y por disfrutar de la oportunidad de colaborar profesionalmente.