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Título original: Dancer Wellness

Editoras: M. Virgina Wilmerding y Donna H. Krasnow

Copyright de la edición original: © 2017 M. Virgina Wilmerding y Donna H. Krasnow

Publicado según acuerdo con Human Kinetics, Champaign, Illinois (EUA)

Traducción: Beatriz Villena

Corrección del texto: Aurora Zafra

Fotografías e ilustraciones: Human Kinetics, a no ser que se indique otra autoría

Diseño de la cubierta: David Carretero

Edición: Lluís Cugota

© 2018, Editorial Paidotribo

Les Guixeres

C/ de la Energía, 19-21

08915 Badalona (España)

Tel.: 93 323 33 11

http://www.paidotribo.com

E-mail: paidotribo@paidotribo.com

Primera edición

ISBN: 978-84-9910-708-0

ISBN EPUB: 978-84-9910-745-5

BIC: ASD

Diseño de maqueta y preimpresión: Editor Service, S.L., Diagonal, 299; 08013 Barcelona

Índice

Prefacio

Agradecimientos

Parte IBases del bienestar del bailarín

1El entorno para la danza

Luke Hopper y Alycia Fong Yan

Espacio e instalaciones para la danza

Vestuario

Resumen

2Entrenamiento y técnica de baile

Donna H. Krasnow, M. Virginia Wilmerding, Arleen Sugano y Kenneth Laws

Anatomía básica

Alineación

Conceptos específicos de la técnica para la danza

El aprendizaje motor en la danza

Aplicación de la física a los movimientos de la danza

Resumen

3Entrenamiento cruzado y acondicionamiento físico

Emma Redding y Pamela Geber Handman

Beneficios del entrenamiento cruzado

Cómo prepararse y recuperarse del entrenamiento

Principios de entrenamiento

Cómo entrenar la fuerza, la potencia y la resistencia muscular

Entrenamiento de la flexibilidad

Resistencia cardiorrespiratoria y capacidad anaeróbica

Sistemas y práctica somática específicos para la danza

Mitos del acondicionamiento físico

Resumen

Parte IIComponentes mentales del bienestar del bailarín

4Entrenamiento mental

Janet Karin, Patrick Haggard y Julia Christensen

El papel del cerebro a la hora de mover el cuerpo

Tipos de retroalimentación

El sistema de neuronas espejo

Conciencia somática y sensorial

Visualización

Práctica y ensayo mental

Mindfulness

Flujo

Resumen

5El bienestar psicológico

Lynda Mainwaring e Imogen Aujla

Motivación para bailar

La danza y la individualidad

Cómo gestionar el estrés

Estrategias de afrontamiento

Resumen

6Descanso y recuperación

Glenna Batson y Margaret Wilson

Beneficios de descansar lo suficiente

Cómo optimizar el programa de entrenamiento

Cómo evitar la sobrecarga, el sobreentrenamiento y el desgaste

Práctica proactiva del autocuidado

Resumen

Parte IIIComponentes físicos del bienestar del bailarín

7Nutrición óptima para bailarines

Derrick D. Brow y Jasmine Challis

Conceptos básicos de la nutrición

Riesgos de una mala alimentación

Cómo desarrollar hábitos alimentarios saludables

Suplementos alimenticios

Cómo mantener un peso saludable

Resumen

8Salud ósea

Shannon Sterne y Christina Patsalidou

Estructura ósea

Estructura articular

Resumen

9Prevención de lesiones y primeros auxilios

Jeffrey A. Russell, Marika Molnar y Brenda Critchfield

Lesiones habituales en la danza

Actividades habituales en la danza que pueden ocasionar lesiones

Cómo prevenir las lesiones

Cómo prevenir lesiones específicas

Primeros auxilios: Cómo tratar las lesiones más habituales

Resumen

Parte IVEvaluación del bienestar del bailarín

10Programas de pruebas médicas para bailarines

Marijeanne Liederbach y Gary Galbraith

Cómo interpretar las pruebas médicas

Cómo utilizar los datos de las pruebas médicas para evitar lesiones

Estrategias para implementar un programa de pruebas médicas

Factores y resultados de las pruebas

Cómo sacar el mayor partido a las pruebas médicas

Resumen

11Tu plan de bienestar

Donna H. Krasnow y M. Virginia Wilmerding

Autoconciencia

Empoderamiento

Cómo establecer objetivos

Diversidad

Cómo diseñar tu propio plan de bienestar

Resumen

Glosario

Referencias y recursos

Índice alfabético

Sobre las editoras

Sobre los colaboradores

Sobre la International Association for Dance Medicine & Science

Prefacio

Donna H. Krasnow y M. Virginia Wilmerding

Como bailarín de la era moderna, es bastante probable que sientas mucha más curiosidad por la salud de tu cuerpo de lo que seguramente sintieron generaciones anteriores de bailarines. Además, es posible que hayas pasado por alguna, si no todas, de las experiencias que se comentan a continuación.

Te preguntas cómo funciona el cuerpo cuando bailas y estás empezando a comprender los problemas que plantea el suelo más allá de la amortiguación o unos zapatos que no se ajustan correctamente. Quieres saber si ejercicios o clases adicionales pueden mejorar la técnica. Te preguntas hasta qué punto el ambiente y el estilo de aprendizaje pueden afectar a las emociones en clase y recurres a la visualización para influir en el entrenamiento. Piensas en qué deberías comer antes de una clase o una actuación y en cómo mantenerte ligero a la vez que ingieres todos los nutrientes necesarios. Te preocupan las lesiones. Te preguntas cómo puedes diferenciar los dolores buenos de los malos (es decir, una musculatura dolorida frente a una lesión real). No sabes si estás descansando lo suficiente. A veces no sabes a quién acudir en caso de lesión y te preocupa que las lesiones puedan acabar con tu carrera.

Todos estos pensamientos y preocupaciones pertenecen a la categoría de la salud y el bienestar del bailarín. Por salud se entiende la situación general, tanto del cuerpo como de la mente, en términos de vitalidad, energía y capacidad para adaptarse a los retos. Bienestar sería el estado de estar sano, tanto mental como físicamente, mediante elecciones y esfuerzos conscientes e intencionados. Aunque el bienestar del bailarín incluye varios componentes, por lo general se refiere a la salud y el bienestar global.

Este libro está dirigido a bailarines y estudiantes de danza de cualquier tipo de institución, incluidos conservatorios o universidades, institutos, estudios locales de danza, programas de formación preprofesionales o compañías de danza. Independientemente de la formación previa o del nivel de experiencia, todo aquel que esté interesado por la salud y el bienestar de los bailarines puede beneficiarse de este libro. Esta obra cubre todos los aspectos del bienestar del bailarín, tanto ambientales, como físicos o psicológicos. De cada tema de este libro se encargan expertos reconocidos del ámbito de la danza. Los autores han sido seleccionados en función de sus investigaciones y sus publicaciones sobre danza, y de acuerdo con su reputación como líderes del sector. Además de los conceptos teóricos, este libro ofrece aplicaciones prácticas que puedes utilizar para mejorar la salud y el bienestar como parte de la práctica.

Dimensiones del bienestar

Tanto el Instituto Nacional del Bienestar (NWI) de los Estados Unidos como otros líderes del sector de la salud coinciden en esta idea del bienestar:

imageEl bienestar es un proceso consciente, autodirigido y evolutivo con vistas a conseguir el máximo potencial.

imageEl bienestar es multidimensional y holístico, e incluye tanto el estilo de vida como el bienestar mental y espiritual, y el entorno.

imageEl bienestar es positivo y vitalizante.

Además, el NWI define seis dimensiones del bienestar (figura A) que pueden aplicarse a casi cualquier actividad, incluida la danza:

1.Bienestar laboral. Bienestar que implica satisfacción y enriquecimiento personal a través del trabajo, ya sea como artista, como profesor, como coreógrafo o como propietario de un estudio de danza. Incluiría el éxito y la alegría por la ocupación escogida, y saber planificar el futuro. En danza, parte del bienestar laboral estaría asociado al entorno en el que ensayas; dicho de otra forma, el espacio físico y el clima emocional afectan al bienestar laboral. Factores como un suelo inadecuado o una estrategia formativa negativa podrían afectar al entorno.

2.Bienestar físico. Bienestar que se debe trabajar para conseguir un estado de forma óptimo (fuerza física, flexibilidad y resistencia), a la vez que se cuida el cuerpo para garantizar la seguridad. Se refiere al estado de salud general y, sobre todo, a la técnica del bailarín, la prevención de lesiones y al acondicionamiento físico. Este enfoque implica asumir una responsabilidad personal y cuidar de las pequeñas lesiones, y saber cuándo acudir a un profesional cuando sea necesario.

3.Bienestar social. Bienestar que contribuye al bienestar común de la comunidad y no en pensar únicamente en uno mismo. Dicho de otra forma, describe cómo se interactúa con los demás y si se recibe apoyo o no. Si el entorno es demasiado competitivo, se puede dar un clima de enfrentamiento entre bailarines y crear tensión.

4.Bienestar intelectual. Poner a prueba la mente mediante la práctica de la danza, estimular la creatividad e identificar los problemas potenciales. Incluye la idea de conexión cuerpo-mente, prestar atención y explorar la información que debe aprenderse, como la terminología específica de la danza.

5.Bienestar espiritual. Bienestar que aporta la satisfacción mayor si se viviera en total coherencia con los valores y creencias. Conlleva comprender las creencias y perseguir un fin en el trabajo que se ha escogido dentro de la danza.

6.Bienestar emocional. Bienestar que implica el conocimiento y la aceptación de los sentimientos propios, así como de los sentimientos de los demás, y enfatiza el optimismo en el concepto de danza. Incluye cuestiones psicológicas, como la autoestima, el perfeccionismo, la imagen corporal y el estrés.

Los escritores e investigadores de la danza han tomado esta idea de las seis dimensiones del bienestar y la han ampliado para adaptarlas específicamente a la práctica de la danza. En los años noventa del siglo pasado, los investigadores y educadores de danza empezaron a diseñar programas de formación dentro de un contexto educativo que incorporaban aspectos del bienestar, extraídos de ámbitos de la medicina y la ciencia aplicada a la danza, la somática y la información sobre el bienestar, y la autoayuda para la población en general. Al intentar desarrollar un enfoque equilibrado y multidisciplinar, propusieron que estos aspectos se incluyeran en el plan de estudios del bailarín: anatomía, prevención de lesiones, nutrición, psicología y aprendizaje motor.

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Figura A Las seis dimensiones del bienestar.

Fuente: National Wellness Institute [www.nationalwellness.org].

Cómo se ha organizado este libro

El nuevo modelo de bienestar para el bailarín tiene tres categorías principales que se corresponden con las primeras tres partes de este libro:

1. Bases del bienestar del bailarín (parte I).

2. Componentes mentales del bienestar del bailarín (parte II).

3. Componentes físicos del bienestar del bailarín (parte III).

Al reconocer la importancia de estos componentes para la salud y el bienestar, en este libro, investigadores, profesores y profesionales de la salud de la International Association for Dance Medicine and Science (IADMS) analizan sus áreas de especialización en rigurosas investigaciones sobre todos los aspectos del bienestar del bailarín. En danza, el bienestar sienta las bases de la formación. Los componentes mentales del bienestar del bailarín incluyen todas las herramientas que se centran en la mente y que acompañan a la experiencia de la danza. Los componentes físicos del bienestar del bailarín exploran todas las áreas adicionales que afectan al cuerpo más allá de sus cimientos. Cada una de estas tres categorías del modelo se divide a su vez en varias subcategorías que son esenciales para cualquiera que participe actualmente en la danza. Las veremos en los capítulos correspondientes de este libro.

Parte I: Bases del bienestar del bailarín

Las bases empiezan con el entorno físico, como una ropa de baile y un espacio de trabajo adecuados, que se presentan en el capítulo 1. También es fundamental el cuerpo, cómo se entrena y cómo se aprende, y las ciencias que ayudan a su entrenamiento (capítulo 2). En el entrenamiento de danza actual, un acondicionamiento físico adicional (como entrenamiento de fuerza) también resulta imprescindible para la práctica (capítulo 3). Los tres capítulos que conforman la parte I cubren las bases del bienestar del bailarín: entorno de la danza, bases científicas del entrenamiento y la técnica (como la anatomía, el aprendizaje motor y la física), y acondicionamiento físico del bailarín. Cada uno de estos tres componentes tiene un gran impacto en la salud y el bienestar.

Parte II: Componentes mentales del bienestar del bailarín

La parte II ayuda a comprender cómo se debe mantener un estado mental y psicológico sólido. Cuando pensamos en la danza, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la belleza física y la elegancia del cuerpo moviéndose por el espacio. Sin embargo, son muchos los factores mentales que intervienen en la formación del bailarín; los veremos en el capítulo 4. Se puede aprender mucho sobre el cerebro humano, y sobre cómo controla y dirige el movimiento. Para ayudar en este proceso y desarrollar estrategias mentales que mejoren la técnica, se puede recurrir a la visualización y las prácticas somáticas. También trataremos el lado psicológico del bailarín (capítulo 5). La psicología es la ciencia que estudia la mente y sus funciones, sobre todo aquellas que afectan al comportamiento. La psicología de la danza es el estudio de los aspectos de la psicología que afectan específicamente al bailarín, como la autoestima, el perfeccionismo, la imagen corporal, el estrés, la ansiedad, la competición y las presiones sociales. En el capítulo 6 examinamos un tercer componente mental: cómo el descanso, la fatiga y el desgaste afectan al aprendizaje, la técnica y las lesiones. Los aspectos mentales de la danza pueden influir enormemente en la salud y el bienestar.

Parte III: Componentes físicos del bienestar del bailarín

En la parte III veremos los aspectos físicos del bienestar del bailarín. Para los bailarines, la nutrición no se limita al contenido de lo que comemos, sino también a los tiempos de ingesta de los diferentes alimentos, los retos a la hora de conseguir una buena nutrición y los problemas asociados al peso (capítulo 7). La salud de los huesos (capítulo 8) durante toda tu vida es tan importante que le hemos dedicado un capítulo entero. El riesgo de lesión en la danza es muy alto, por lo que debes incluir la prevención de lesiones en tu «caja de herramientas». En caso de lesión, necesitarás conocer el tratamiento inmediato; el capítulo 9 habla de la prevención de lesiones y los primeros auxilios aplicables.

Parte IV: Evaluación del bienestar del bailarín

Por último, en la parte IV hablamos sobre las diferentes formas de evaluar el estado actual de tu bienestar como bailarín y sobre cómo establecer objetivos con vistas a mejorar. Los bailarines tienen que someterse con frecuencia a exámenes médicos, y cómo se realizan dichos exámenes y cómo se archivan (almacenan) es algo que veremos en el capítulo 10. Gracias a los conocimientos adquiridos en las tres categorías del bienestar presentadas en los primeros nueve capítulos, podrás examinar y evaluar las propias habilidades personales con el fin de diseñar un plan realista para la salud como bailarín a largo plazo (capítulo 11). La motivación, en términos de bienestar, se consigue al comprobar el progreso y saber que estás haciendo lo mejor para la mente y el cuerpo.

Beneficios y características de este libro

Este libro no solo incluye información, sino que también ofrece ejercicios y actividades para mantenerse activo durante el proceso de aprendizaje. Los conocimientos que adquirirás pueden mejorar y complementar el entrenamiento y práctica diarios. Además, el libro ofrece muchas estrategias que servirán de apoyo activo a lo que ya estás haciendo para evolucionar como bailarín. Sabrás cuáles son las capacidades y necesidades individuales, lo que te permitirá diseñar programas únicos para mejorar por ti mismo. Por último, los elementos especiales de cada capítulo te guiarán a la hora de crear un plan de bienestar personalizado. Dichos elementos especiales aparecen al principio y al final del capítulo. Al principio puedes encontrar los objetivos de aprendizaje, que ofrecen una instantánea del capítulo. Al final hay una serie de preguntas de repaso que te permitirán poner a prueba los conocimientos adquiridos y recordar lo que has leído en el capítulo. Estas preguntas te animarán a volver sobre los pasos y leer aquello que pudieras haber pasado por alto y que podría ser importante para ti.

Además, cada capítulo contiene notas adjuntas que inciden en cuatro ideas: autoconciencia, empoderamiento, establecimiento de objetivos y diversidad. La autoconciencia es la capacidad de introspección y la habilidad para reconocerse uno mismo como persona independiente de los demás. El término empoderamiento hace referencia a las medidas diseñadas para aumentar el grado de independencia y autodeterminación en tu vida con el objetivo de potenciar tus intereses de forma responsable y autodeterminada. El establecimiento de objetivos es un método importante para decidir qué es lo que quieres conseguir en la vida, para determinar qué es importante frente a lo que es una distracción, para aprender a motivarte. La diversidad es la calidad o estado de tener muchas formas, tipos, ideas e incluso personalidades diferentes. En las notas adjuntas podrás encontrar actividades que puedes ir haciendo a medida que vayas leyendo el libro para ayudarte a desarrollar la aproximación personal al material. El capítulo final te ayudará a organizar todas estas notas adjuntas con el objetivo de desarrollar el plan de bienestar como bailarín.

A medida que vayas avanzando en la lectura de este libro, sabrás más sobre el bienestar del bailarín, y podrás reevaluar el plan de bienestar y modificarlo de acuerdo con las nuevas necesidades. El bienestar del bailarín es un proyecto que requiere toda una vida, y que puede ser una fuente gratificante de disfrute y aprendizaje de la práctica.

Agradecimientos

Nos gustaría reconocer el trabajo de los muchos profesores de danza, profesionales médicos, investigadores y científicos que han contribuido a dar forma al corpus de conocimientos en el ámbito del bienestar del bailarín. Le estamos agradecidos por sus esfuerzos constantes para que la comunidad de la danza avance en este viaje tan importante. Los autores de este libro esperan que los miembros de estas disciplinas sigan colaborando en proyectos y mantengan su compromiso para el beneficio de todos los bailarines.

Parte I

Bases del bienestar del bailarín

En los tres primeros capítulos de este libro hablamos de las bases del bienestar del bailarín, que empieza con el entorno físico, como una ropa de baile y un espacio de trabajo adecuados (capítulo 1). También son fundamentales las ciencias que ayudan a la formación y la técnica, como pueden ser la anatomía, el aprendizaje motor y la física (capítulo 2). En los últimos años, el acondicionamiento físico (como el entrenamiento de fuerza) se ha convertido en una herramienta esencial para el bienestar del bailarín (capítulo 3). Estos tres componentes del bienestar del bailarín tienen una influencia mayor en la salud y la felicidad de la que cabría esperar.

En el capítulo 1 hablamos sobre este entorno, del que los bailarines tienden a dar por sentados muchos aspectos. El suelo del estudio o del escenario, la equipación, la temperatura, la ventilación e, incluso, la ropa y el peinado son aspectos tan familiares del entorno físico que ni siquiera consideramos la posibilidad de que sean factores de bienestar. Sin embargo, cada factor tiene un impacto único en la vida del bailarín y puede influir en su salud.

En el capítulo 2 se explica cómo el entrenamiento y la técnica de la danza influyen en el bienestar del bailarín. Los fundamentos científicos que más influencia tienen (lo quieras reconocer o no) son la anatomía, la alineación, la técnica, el aprendizaje motor y la física. Todos ellos realizan una aportación única e importante a la rutina diaria. La anatomía es la rama de la ciencia que estudia las estructuras de los seres vivos; la anatomía humana se centra en las estructuras corporales, como los huesos y los músculos. Mientras vas de una clase a otra, descubrirás que los profesores no paran de hablar de la alineación. En la práctica de la danza, la alineación define cómo se organizan las partes del cuerpo en la postura y el movimiento. Oirás hablar en clase de algunos de los problemas importantes que subyacen en la técnica. Quizá te preguntes por qué determinados bailarines aprenden más observando, mientras que otros prefieren que se les explique un paso concreto. Esta diferencia tiene que ver con los distintos estilos de aprendizaje. Por aprendizaje motor se entienden los cambios que se producen con la práctica o la experiencia que determinan la capacidad de la persona para generar una habilidad motora. La física es la ciencia de la materia, el movimiento y la energía. La gravedad y el ímpetu tienen un papel importante en la definición de cómo te mueves, ya estés realizando un giro, un equilibrio, saltando o levantando a un compañero. Cuando aplicas estos principios científicos, puedes mejorar la técnica y provocar menos desgaste al cuerpo.

En el capítulo 3 hablamos del entrenamiento cruzado y el acondicionamiento físico. Para un bailarín, en el acondicionamiento intervienen muchos aspectos de la preparación física, como la fuerza muscular, la flexibilidad y el entrenamiento aeróbico. Durante los últimos años, los bailarines y los profesores han creído que las clases de danza ya cubrían de por sí todos los ámbitos del acondicionamiento físico. Gracias a los conocimientos más profundos que se manejan en la actualidad sobre las exigencias físicas de la danza y debido a la cada vez mayor dificultad y complejidad de las coreografías, los bailarines y los profesores empiezan a reconocer la necesidad de un entrenamiento adicional más allá de la clase de danza. Algunos de los ejercicios de acondicionamiento físico específicos para la danza de este capítulo pueden resultar más interesantes y útiles para la práctica que los métodos tradicionales porque dichos ejercicios se centran en componentes del entrenamiento físico, pero utilizando la danza o movimientos relacionados con ella.

Al conocer mejor el entorno y las necesidades de entrenamiento del cuerpo, podrás mejorar la técnica. También podrás minimizar el riesgo de lesión estableciendo objetivos de entrenamiento físico que creen un cuerpo fuerte y flexible. En ocasiones, ni siquiera se es consciente del estrés al que está sometido el cuerpo debido a un entrenamiento pobre, una alineación defectuosa y unos malos hábitos de movimiento. Una mejor comprensión de todos los fundamentos del bienestar del bailarín puede despertar tu conciencia y ayudarte a asumir la responsabilidad del éxito artístico y de tu salud a largo plazo.

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El entorno para la danza

Luke Hopper y Alycia Fong Yan

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Términos clave

agarre

colofonia decibelios (dB)

deformación de área

deformación vertical entresuela

fricción

pala

plantilla

reducción de fuerza

retorno energético

suela exterior

suelo amortiguador

OBJETIVOS DE APRENDIZAJE

Tras leer este capítulo:

imageAprenderás a reconocer un suelo amortiguador y cómo el suelo afecta a la danza.

imageIdentificarás las necesidades de temperatura y ventilación del espacio en el que se baila.

imageReconocerás los beneficios y limitaciones del trabajo con barras y espejos.

imageDeterminarás si la iluminación del espacio de danza es adecuada para las necesidades de aprendizaje.

imageSeleccionarás la mejor ropa y calzado para el estilo de danza realizado.

La esencia de la danza es el movimiento humano a través del espacio. En el espacio de danza, son muchos los factores que pueden influir en el movimiento, el rendimiento y el bienestar del bailarín. Entre estos factores estarían el suelo, las barras, los espejos y el ambiente general y las dimensiones del entorno. Con frecuencia, la ropa ofrece esa conexión entre el bailarín y el entorno. El calzado y la indumentaria pueden influir en gran medida en la forma en que el bailarín se mueve y en las fuerzas que experimenta en relación con el entorno. En este capítulo se describen estas consideraciones ambientales tan importantes para la danza y se ofrecen sugerencias sobre cómo puedes adaptar el entorno, el entrenamiento y el rendimiento para garantizar una práctica eficaz y segura.

Espacio e instalaciones para la danza

Los bailarines ejecutan el arte del movimiento humano en diferentes tipos de espacios, incluidos estudios y escenarios. El espacio que utilizan para entrenar, ensayar y actuar puede tener una influencia directa sobre su rendimiento, el riesgo de lesiones y el bienestar en general. Por lo tanto, los bailarines, profesores y coreógrafos deben preguntarse si el espacio de danza es adecuado para el bailarín, qué instalaciones hay disponibles en el estudio o en el teatro y cómo realizar una práctica segura.

Suelos para la danza

Los bailarines pasan horas entrenando y perfeccionando su forma de arte sobre la tarima de danza. El suelo ofrece una conexión directa entre el bailarín y el entorno físico. La mayoría de movimientos de danza se producen por medio de una interacción entre el bailarín y el suelo. Por lo tanto, el suelo puede tener un gran impacto en el cuerpo. Para un rendimiento óptimo y por tu propio bienestar, deberías tener un conocimiento profundo de lo que se espera de un suelo adecuado para la danza.

Suelo amortiguador

Un suelo amortiguador absorbe los golpes, mejora el rendimiento y puede prevenir las lesiones. Con frecuencia, cuando la gente oye la palabra «amortiguador» en relación con un suelo para la danza, asume que es adecuado para dicha actividad. Sin embargo, este término engloba las muchas características de un suelo que pueden influir en el entrenamiento y el rendimiento en la danza. Son muchos los aspectos de un suelo que pueden contribuir a que un bailarín lo considere amortiguador o no. Para que se pueda clasificar como un suelo adecuado para la danza, los fabricantes deben haber probado sus suelos para garantizar que cumplen ciertos estándares. En este apartado veremos las propiedades clave de una tarima de danza de acuerdo con los estándares de la industria.

Los suelos amortiguadores creados específicamente para la danza suelen estar hechos de una superficie de madera que se asienta sobre almohadillas de espuma o sobre una estructura de cestería (figura 1.1). Las estructuras de ambos diseños permiten que el suelo se mueva hacia arriba y hacia abajo cuando el bailarín salta y aterriza sobre él. Este movimiento ascendente y descendente se conoce como deformación vertical del suelo, que ofrece dos propiedades importantes para el bailarín: reducción de fuerza y retorno energético.

Por reducción de fuerza se entiende la capacidad del suelo para absorber los impactos. Cuando un bailarín aterriza en un suelo amortiguador, dicho suelo se mueve hacia abajo, absorbiendo así la energía. Un suelo con una alta reducción de fuerza absorberá más energía que un suelo con baja reducción de fuerza. Esta absorción de energía puede reducir la cantidad de energía que deberán absorber los músculos, los huesos y los tejidos blandos de las piernas del bailarín, reduciendo así la fatiga y el riesgo de lesiones. El retorno energético de un suelo tiene que ver con el movimiento vertical ascendente del suelo cuando el bailarín salta apoyándose en él. Este movimiento hacia arriba puede transmitir al bailarín la energía almacenada en el suelo. Un suelo con propiedades parecidas a las de una cama elástica puede almacenar energía. El impacto generado por el bailarín al aterrizar puede almacenar energía en el suelo, que se libera cuando dicho bailarín vuelve a saltar. Al igual que en una cama elástica, que tiene un retorno energético muy alto, el retorno energético de un suelo amortiguador puede ayudar al bailarín a saltar más alto. Una reducción de fuerza o un retorno energético excesivo puede suponer un problema porque el suelo puede volverse inestable debido a una deformación vertical excesiva, lo que complicaría mucho los movimientos de equilibrio. Por ejemplo, podría resultar bastante difícil realizar una pirueta o un arabesque sobre un suelo con demasiada reducción de fuerza o demasiado retorno energético si el suelo se mueve en exceso bajo los pies. Este movimiento implicaría que el suelo no está ofreciendo la estabilidad necesaria para el equilibrio. Los niveles de reducción de fuerza y de retorno energético son especialmente importantes cuando el bailarín entra en contacto por primera vez con el suelo porque conseguir el equilibrio deprisa y mantenerlo es necesario para realizar el movimiento con éxito.

Dado que los suelos para la danza suelen estar hechos de madera, una determinada área del suelo que rodea al bailarín se deforma verticalmente cuando aterriza sobre dicho suelo, al igual que sucede en una cama elástica. Esto es lo que se conoce como deformación de área de un suelo. Una baja deformación de área es una propiedad importante para un suelo de danza. Una amplia deformación de área puede provocar que el suelo se vuelva inestable para la verticalidad del bailarín o para moverse en torno a otro bailarín, y también puede desestabilizar cualquier equipo que pudiera estar apoyado en el suelo durante la actuación. Por ejemplo, un grupo de bailarines moviéndose muy juntos está en contacto constante con el suelo, provocando una deformación vertical bajo sus pies. Si esta deformación es grande, el suelo puede tambalearse y volverse inestable para todos los bailarines que se están moviendo en proximidad, lo que podría aumentar el riesgo de lesiones como esquinces de tobillo. De igual forma, si el grupo de bailarines se mueve cerca de algún equipo, el suelo situado debajo de dicho equipo puede temblar, volverse inestable y, en el peor de los casos, hacer que ese equipo caiga.

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Figura 1.1  Suelo amortiguador.

La última propiedad importante de un suelo amortiguador es la consistencia de la reducción de fuerza por todo el suelo. Si la reducción de fuerza no es igual en todo el suelo, el aterrizaje se complicará; el bailarín deberá hacer ajustes constantes al moverse por el suelo, lo que podría hacer que no aterrizara correctamente y, por lo tanto, aumentaría el riesgo de lesiones. Tras un salto, los músculos de las piernas deben absorber la energía para poder aterrizar debidamente. Un suelo desigual complicaría mucho la coordinación de la absorción de dicha energía entre la pierna y el suelo. Si el bailarín espera que el suelo tenga una alta reducción de fuerza y una alta absorción de energía, pero, sin embargo, aterriza en una parte del suelo que es dura y tiene baja reducción de fuerza, esto podría provocar un gran impacto inesperado en los músculos, huesos y tejidos blandos de las piernas, y un aumento del riesgo de lesiones.

Superficies de vinilo

En ocasiones se coloca una superficie de vinilo sobre la tarima de danza. Otras opciones habituales para este tipo de suelo son Marley y linóleo. Algunas superficies de vinilo tienen un refuerzo de espuma para proporcionar deformación vertical, reducción de fuerza y retorno energético al bailarín. Sin embargo, la función principal de estas superficies para un bailarín es procurarle fricción. Por fricción se entiende las fuerzas horizontales que se producen entre el pie del bailarín y el suelo. Encontrar el equilibrio en la cantidad de fricción entre el bailarín y el suelo es importante y suele ser una tarea difícil; tanto una fricción excesiva como una fricción escasa pueden tener consecuencias adversas para el bienestar del bailarín.

Demasiada poca fricción básicamente significa que el suelo es demasiado resbaladizo. Si el suelo resbala en exceso, los bailarines deberán tener cuidado para no caerse en los giros rápidos, al correr y al saltar. Caerse mientras bailas puede ser una experiencia bastante dolorosa y puede provocar lesiones de impacto graves. Un suelo con demasiada fricción tampoco es lo mejor para la danza. Si la fricción es demasiado alta, los pies y el cuerpo del bailarín pueden quedarse pegados al suelo, pudiendo llegar a provocar abrasiones en la piel y una fuerza de torsión excesiva que puede producir un esguince o fractura. En función del estilo de danza y del calzado, cada bailarín puede necesitar un nivel de fricción diferente en el mismo suelo. Por ejemplo, bailar en punta tiene unos requisitos únicos en cuanto a las superficies de vinilo. Las bailarinas en punta también pueden tener diferentes requisitos en cuando al vinilo en comparación con los bailarines. Las bailarinas en punta suelen preferir que el suelo les aporte algo de agarre en las zapatillas con el fin de aumentar la fricción entre el calzado y el suelo durante movimientos como los equilibrios. Gracias al agarre, el borde exterior de la puntera puede clavarse en el vinilo, lo que aumenta su resistencia y evita que las zapatillas se deslicen por el suelo. Si el suelo es demasiado resbaladizo, algunos bailarines usan colofonia, un material pegajoso que se puede poner en las suelas para aumentar la fricción y minimizar el riesgo de caídas y resbalones.

TRUCOS DE SEGURIDAD

Ten cuidado dónde pisas

Cuando estés sobre el escenario o en clase, presta siempre atención al suelo por si se ha acumulado la colofonia de forma irregular. Estas zonas de colofonia pueden crear lugares en los que los pies pueden quedarse pegados y hacer que tropieces o que te tuerzas el tobillo. También cabe la posibilidad de pasar de una zona con colofonia a una superficie más suave, resbalar y acabar lesionado por la caída.

Mantenimiento

Puedes ayudar a mantener el suelo del estudio limpio y seguro. No introduzcas bebida ni comida en el espacio de baile, excepto agua mineral, preferentemente en botellas de material irrompible. El cristal siempre es peligroso, así que evítalo en el estudio y en el teatro. Nunca se debe entrar en el espacio para la danza con zapatos de calle porque la suciedad hace que el suelo quede pegajoso y sea peligroso. Incluso debes limpiar las zapatillas con regularidad para mantener el suelo limpio. La suciedad debe recogerse con la mayor frecuencia posible y cualquier desorden que pudiera provocar accidentes debe quedar fuera de la zona de danza. Si ves algún charco u objeto afilado en el suelo, quítalo o díselo a todo el mundo. No esperes a que se produzca un accidente o a que alguien se lesione. Además de mantener el suelo limpio, durante la época de resfriados, siempre es buena idea limpiar las barras y el resto de superficies comunes con un desinfectante. Todo el mundo puede contribuir a un entorno saludable.

ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS

Saca el mayor partido a tu entorno de danza

Hazte las preguntas siguientes con el fin de establecer objetivos para sacar el mayor partido posible al entorno de danza:

image¿Cómo puedo prepararme para bailar en un estudio u otras zonas que se ajusten a mis necesidades?

image¿Necesito llevarme agua o algún tentempié?

image¿Necesito tomarme alguna medicación para la alergia antes de ir al estudio o a una zona de actuación al aire libre?

imageSi siempre hace calor en el estudio, ¿tengo que llevarme una toalla?

image¿Necesito llevarme un cuaderno o libreta para tener un registro de mis necesidades diarias en el estudio?

Barras

La barra es otro aspecto importante del entorno para la danza que puede afectar al cuerpo y al entrenamiento de muchas maneras. Básicamente, la barra es una herramienta de trabajo que puede ayudarte a practicar y desarrollar ejercicios avanzados antes de intentar ejecutarlos en el centro. Lo primero que hay que tener en cuenta es la altura de la barra. Si eres inusualmente bajo o alto, tendrás dificultades para encontrar un estudio con barras que se ajusten a tu altura personal. Una barra demasiado alta puede hacer que tengas que subir los hombros y provocar tensión en el cuello. Una barra demasiado baja puede afectar a la postura si tienes que estirar la mano para coger la barra. Sin embargo, muchas de las barras comercializadas pueden fijarse a la pared a dos alturas diferentes para responder a las necesidades de la mayor cantidad posible de bailarines, y las barras portátiles suelen tener alturas regulables. Pregunta en el estudio si pueden usar estas opciones o busca un estudio que se ajuste a tus necesidades. Como norma general, los adultos necesitan colocar la barra a una altura de 106,7 cm (que corresponde a 42 pulgadas), mientras que los niños deben ponerla a 91,4 cm (36 pulgadas). Al hacer ejercicios en la barra, asegúrate de dejar un espacio amplio entre la barra y tú para que puedas moverte con libertad sin darle patadas a la barra durante los battements y los giros. Después del trabajo de barra, puedes ayudar a crear un espacio más seguro apartando las barras portátiles lo más posible para no entorpecer los ejercicios en el centro.

En el entorno para la danza, suelo y barra son los factores físicos obvios que pueden tener un impacto directo en el bienestar, el entrenamiento y el rendimiento del bailarín. Pero hay muchos otros factores como las dimensiones, los espejos, la iluminación, el sonido y la calidad del aire que también pueden influir. Estos factores no suelen conocerse, a no ser que acaben suponiendo un problema.

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La bailarina está trabajando en una barra a la altura adecuada.

Foto cortesía de Jake Pett.

Escenarios inclinados

Históricamente, muchos escenarios y estudios se construían a propósito inclinados hacia el público en vez de construirse a una altura constante respecto al suelo. Los escenarios inclinados se miden siguiendo una ratio. Dicha ratio se calcula en función de cuánto aumenta el suelo en altura en relación con cuánto se va alejando el suelo de la audiencia. Es decir, si el suelo inclinado es unos 30 cm más alto que la parte frontal del escenario a unos 3 m de esta, el suelo deberá tener una inclinación de 1:10. Cuando te mueves por un escenario inclinado, debes tener en cuenta el efecto del suelo en función de la dirección de desplazamiento. Por ejemplo, al hacer una grand jeté en una diagonal al frente del escenario, saltarás en el suelo a una altura superior a la que encontrarás cuando aterrices. Esto aumenta la altura del salto y, por lo tanto, también aumenta la fuerza de impacto al aterrizar. Al desplazarse por el escenario, notarás una inclinación que cruzará el cuerpo, lo que puede influir especialmente en el ángulo del tobillo y la rodilla de la pierna apoyada, pudiendo dar lugar a complicaciones como esguinces de tobillo y afectar a las articulaciones. Las coreografías que incluyen muchos movimientos hacia el fondo del escenario hacen que, básicamente, tengas que bailar cuesta arriba, lo que puede provocar que el cansancio aparezca antes de lo que lo haría en un suelo plano. Para obtener más información sobre los problemas que puede provocar la fatiga, consulta el capítulo 6.

Espejos

Los espejos pueden ser útiles para comprender mejor la alineación del cuerpo, aprender secuencias de movimientos y espaciar a los bailarines en una rutina de grupo. Sin embargo, se corre el riesgo de depender demasiado de los espejos, por lo que su uso en danza está sujeto a debate. De hecho, los espejos no ofrecen una representación exacta del cuerpo. Se puede producir una diferencia entre la posición y el ángulo reales del cuerpo cuando se observa desde un campo visual distinto, lo que puede llevar a una mala interpretación de la alineación y la postura. Deberías intentar pasar tanto tiempo bailando sin mirar al espejo como usándolo. Si el espacio de danza cuenta con cortinas que cubren los espejos, pregunta al profesor si es posible cerrarlas en algunas clases. Como alternativa, si crees que dependes demasiado del espejo, intenta colocarte en una zona del estudio en la que no puedas verte en él.

EMPODERAMIENTO

Si ves algún problema en el espacio, dilo

Cuando hay algún factor de estudio que no contribuye a tu bienestar, ¿lo dices? ¿Pides que cierren las cortinas o que abran las ventanas para alterar la iluminación y la ventilación del estudio? ¿Ayudas a mantener limpio y ordenado el estudio? ¿Has pedido al resto de bailarines que echen una mano para mejorar el entorno? Tienes el poder de influir positivamente en tu entorno de danza. No tengas miedo de hablar cuando sea necesario, aunque siempre con respeto.

Luz y sonido

Los bailarines tienen que bailar en una amplia variedad de condiciones de iluminación, sobre todo cuando pasas del estudio al escenario. Por lo general, el estudio suele estar bien iluminado, mientras que en el escenario tienes enfrente un espacio completamente oscuro y estás rodeado de focos, luces de colores y una iluminación desde diferentes ángulos. Los cambios de luces pueden desorientarte y afectar al sentido del equilibrio. El equilibrio exige una combinación de información proporcionada por los ojos, los sensores cutáneos que aportan al cerebro datos sobre el movimiento del cuerpo en relación con la superficie de apoyo, los sensores para la propiocepción y el oído interno. Se ha descubierto que los bailarines dependen mucho de su vista para mantener el equilibrio. Quizá deberías intentar practicar los equilibrios con los ojos cerrados para incrementar la contribución del resto de componentes del equilibrio. Esta práctica puede aumentar la estabilidad con los ojos abiertos. Por lo tanto, trabajar en diferentes condiciones de iluminación puede ayudar a prepararte para los cambios a los que tendrás que enfrentarte en función del lugar. Sin embargo, en la práctica diaria, lo mejor es mantener cierto equilibrio en la iluminación de forma que no obstaculice tu entrenamiento. Por ejemplo, si el estudio tiene cortinas en las ventanas, recuerda cerrarlas antes de que empiece la clase para evitar que la luz del sol incida directamente en los ojos o en ángulos que pudieran hacer que se refleje en los espejos.

El sonido emana de diferentes fuentes en el entorno donde se desarrolla la danza. De igual forma que las piernas pueden sufrir lesiones como consecuencia de demasiados impactos en el suelo, el aparato auditivo del ser humano puede verse dañado por una exposición excesiva al ruido. Los bailarines tienen que oír el sonido del piano, de los aparatos de música, de la voz humana y del contacto con el suelo (por ejemplo, en claqué). Todos estos sonidos pueden contribuir a la exposición general a los niveles de ruido. Se puede producir un ruido excesivo en el estudio, pero es bastante más probable que se convierta en un problema durante las actuaciones en las que interviene un gran número de músicos o con música amplificada. Se han hecho estudios para determinar cuáles son los niveles seguros de exposición al ruido con el fin de evitar posibles daños auditivos. La intensidad del sonido se mide en decibelios (dB). Existen varias aplicaciones móviles y en línea que permiten medir los niveles de ruido en el espacio donde se desarrolla la danza. Por debajo de los 85 db, se considera un nivel seguro para una exposición continua diaria. Si se superan los 85 db, se recomienda reducir dicho nivel o acortar el tiempo de exposición a dicho nivel de ruido. Ya estés ensayando solo o con otros compañeros, deberás asegurarte de no exponerte a niveles de ruido excesivamente altos.

Ventilación, temperatura y flujos de aire

Con frecuencia la danza se suele considerar un ejercicio intermitente que se caracteriza por ráfagas cortas de movimientos intensos seguidas de períodos cortos de descanso. Respirar aire limpio y fresco es esencial tanto para poder rendir con la intensidad necesaria como para recuperarse entre estas actividades intermitentes. Por lo tanto, el entorno debería tener un flujo de aire constante, tanto entrando como saliendo de la estancia. De igual forma que los bailarines exhalan aire espirado e inhalan aire fresco, el lugar donde se desarrolla la danza debería reciclar constantemente el aire ambiente para evitar así que se vicie. Si crees que te cuesta respirar en el estudio debido a una mala ventilación, habla con el profesor o con el propietario para ver si es posible airear el espacio con cierta regularidad.

Un flujo de aire regular también puede prevenir un exceso de calor durante los ensayos y la actuación. Si tu temperatura corporal sube demasiado, aunque solo sea unos grados, puede tener efectos serios sobre tu bienestar. Aunque toda la comunidad está de acuerdo en que un buen calentamiento es esencial para una práctica segura, prevenir el sobrecalentamiento es igual de importante. El calor se genera en el cuerpo a través de los músculos, que usan la energía para producir movimiento. La temperatura ambiente del lugar donde se desarrolla la danza puede tener una gran influencia en la temperatura corporal. Si el cuerpo se sobrecalienta, muchos sistemas corporales, incluidos el circulatorio y el nervioso, se pueden ver seriamente afectados. Los días de más calor, ten especial cuidado, hidrátate con frecuencia y pide que las ventanas permitan una buena ventilación.

AUTOCONCIENCIA

Inventario ambiental

Haz un inventario del entorno donde se desarrolla la danza. ¿Cómo son los suelos y las superficies? ¿Cómo es el espacio en términos de temperatura, ventilación, iluminación y sonido? ¿Hay espejos y barras? Toma nota de todos los elementos que hay y de cuál es la mejor forma de usarlos.

En este apartado hemos descrito el espacio y las instalaciones para la danza que influyen en el rendimiento y el bienestar. Se han tenido en cuenta factores como el suelo, los espejos, las barras, las dimensiones y el entorno ambiental. Estos factores tienen un impacto directo en el cuerpo y en tu capacidad para moverte. Debes ser consciente de la influencia que estos factores ambientales pueden tener en el entrenamiento y en el rendimiento para realizar las modificaciones que sean necesarias donde sea posible. Algunos factores, como la superficie del suelo, no son fáciles de modificar, así que quizás tengas que adaptar el comportamiento al entorno. Por ejemplo, cuando cambies a un suelo nuevo, que podría ser más duro que el anterior, deberías empezar a moverte a baja intensidad e ir incrementándola gradualmente. Otros factores, como la temperatura, se pueden modificar con mayor facilidad. Con un mayor conocimiento de los factores ambientales que influyen en el bienestar del bailarín, podrás asumir mayor responsabilidad para garantizar tu propio bienestar en el entorno donde se desarrolla la danza.

Vestuario

Tanto la ropa como el calzado pueden influir en el rendimiento y la salud del bailarín. El calzado, la ropa para ensayar y los trajes pueden variar considerablemente en función del género y el tema de la obra. En los apartados siguientes hablaremos sobre los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de seleccionar el calzado y la ropa para clase o para una actuación. El objetivo es ayudarte a minimizar el riesgo de lesiones y mejorar potencialmente el rendimiento.

Calzado

El diseño y la construcción de las zapatillas de baile pueden ofrecer protección y apoyo para los pies del bailarín, pero en algunos casos pueden ser un factor contribuyente al riesgo de lesiones. El diseño del calzado incluye una puntera (caja) que cubre los dedos, un alma que recorre la planta del pie, una cuña que rodea todo el calcáneo hasta el tobillo, y la pala, que es todo el material que cubre la parte superior y los laterales del pie. El alma puede tener una o varias capas dependiendo del diseño y la función del zapato. Los zapatos convencionales tienen una suela exterior (en contacto con el suelo), una plantilla (en contacto con el pie) y una entresuela (que se encuentra entre la suela exterior y la plantilla).

En función del estilo de danza, los bailarines pueden escoger entre una amplia gama de diseños de calzado para clase y para actuar. En un extremo están las zapatillas finas de barra para danza contemporánea y moderna, que tienen una tira de gamuza bajo la almohadilla del pie fijada con gomas elásticas o una redecilla fina. Este diseño minimalista permite al bailarín moverse casi como si estuviera descalzo, con el agarre y la destreza de los dedos de los pies, a la vez que protege el antepié del roce durante los giros. Si optas por los calcetines para mejorar el deslizamiento y los giros, puedes aumentar el riesgo de resbalones y caídas en función de la fricción del suelo. En el otro extremo están los zapatos de personaje con tacón alto, las zapatillas de puntas y las zapatillas de jazz. Estos zapatos están hechos de varios materiales que cumplen los requisitos estéticos únicos de cada género, pero presentan ciertas carencias de diseño en cuando a su funcionalidad y el riesgo de lesiones. Teniendo en cuenta que cada vez se investiga más sobre el diseño y la seguridad del calzado, y la amplia variedad de diseños disponibles, los bailarines de hoy en día tienen que pensar seriamente qué zapatos son los adecuados para ellos.

Tacones