Eneko Picavea Barandiaran (Donostia, 1990) Periodista. Graduado en el Centro Universitario Villanueva de Madrid y redactor en beIN Sports desde agosto de 2017. Comenzó el proyecto de Revistagradas.es en 2013 (@NBAGradas) y trabajó en la sección de la NBA del diario AS, medio oficial de la mejor liga de baloncesto del mundo en aquel momento.
¿Qué pasó desde la noche del draft de 1986 hasta que Len Bias falleciera en el College Park de Maryland? ¿Qué mala decisión pudo truncar la carrera de Danny Granger o por qué le pidió perdón Larry Bird en Indiana? Vlade Divac estuvo a punto de tumbar la llegada de Kobe Bryant a Los Angeles Lakers; Grant Hill de morir en una operación de tobillo, y Shaun Livingston de perder la pierna por una gravísima lesión. Los Suns del siete segundos o menos, la mítica noche de Kobe en 2006 o la cadena de mala suerte que enterró la carrera de Delonte West. Y mucho más. Descubre qué se esconde detrás de las carreras de muchas de las estrellas de la mejor liga de baloncesto del mundo, de los noventa hasta el día de hoy, incluyendo la de un candidato al MVP en 2019 que no pudo ganar a su hermana hasta casi la mayoría de edad.
• Colección Cien × 100 — 31 •
Eneko Picavea
Primera edición: octubre de 2019
© del texto: Eneko Picavea
© de la edición:
9 Grupo Editorial
Lectio Ediciones
C/ Muntaner 200, ático 8ª o 08036 Barcelona
Tel. 977 60 25 91 - 93 363 08 23
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Diseño y composición: 3 x Tres
Producción del ebook: booqlab.com
ISBN: 978-84-16918-66-9
A mi tío Andrés.
Y a los que nunca dejaron de creer.
Introducción
1. El invierno de Springfield
2. NBA
3. Calendario
4. El draft
5. NBA Cares
6. Wilt Chamberlain
7. Stern
8. Len Bias
9. Los Bad Boys
10. Michael Jordan
11. It’s Miller time
12. Dream Team
13. Magic
14. Tweet
15. Artículo 34
16. Gusano
17. Amor en Salt Lake City
18. Hollywood
19. La Mamba
20. Divac said no
21. Robin Hood
22. The Truth
23. A vida o muerte
24. Chocolate Blanco
25. Malditos
26. Three Peat
27. Gregg
28. Año impar, año Spurs
29. Iverson
30. ET, el extraterrestre
31. Elvis
32. The Feud
33. The Chosen One
34. True Warrior
35. ¿Por qué eres tan bueno, McGrady?
36. Captain Canada
37. Danny Granger
38. Katrina
39. Mr Catering
40. Seven seconds or less
41. Raül
42. Verde, oro y blanco
43. Diabetes
44. Ochenta y uno
45. Malice
46. Big Three
47. Redeem Team
48. Durantula
49. RIP City
50. OKC
51. El club
52. I play with guns
53. Heart
54. Delonte
55. Tyler
56. The King in the Fourth
57. Big Spain
58. Trece
59. Ricky
60. Wake up, this is New York
61. Green
62. Smile
63. Linsanity
64. Splash
65. Ice
66. Unicorn
67. What if…
68. Spartan
69. It’s only business
70. Comebacks
71. Jimmy
72. Nueva York
73. 73-9: el récord
74. The Block
75. Karlito
76. Best trio
77. Spaniards
78. Ryan
79. Monty
80. Earthquake
81. Wardell
82. Récords
83. Hernangómez Geuer
84. Zinger
85. Joel
86. Joker
87. Sager Strong
88. Marfan
89. Angry Russ
90. This is not the end
91. 16-1
92. Lonzo
93. FEDS
94. Profetas en su tierra
95. Tesoro
96. March Madness
97. Wildcats
98. States
99. Expansión
100. Historia negra
James Naismith inventó el baloncesto en 1891 en Springfield y no necesitó más que un gimnasio y una cesta de melocotones. La NBA se fundó medio siglo después, en 1946, y en el partido inaugural había un equipo canadiense y uno de los que todavía hoy compite en la mejor liga de baloncesto del mundo. Ese primer partido de la liga de baloncesto de los Estados Unidos se jugó al otro lado de la frontera, en Canadá, y, curiosamente, hubo que esperar más de 70 años para ver a un equipo de ese país llevarse el título.
Conoce cómo funciona la liga, cómo se elabora el calendario más complejo de todos los deportes de élite y cómo funciona el draft, el sistema que la liga tiene para ser cíclica y evitar que los mercados más potentes y atractivos hagan de menos a los más pequeños.
La historia del baloncesto de la NBA no se entiende sin sus mitos ni sin sus leyendas y el relato personal de aquellos tiene muchas veces mucho que contar. Danny Granger recibió un balazo por ir a donde no debía cuando era joven en su New Orleans natal, Delonte West pasó de ser el mejor compañero del primer LeBron James en los Cleveland Cavaliers a pedir matrimonio a su mujer en una casa sin agua caliente porque no tenía dinero para pagarla y Len Bias pasó casi a ser una leyenda sin haber vestido la camiseta de los Celtics con la que tenía que hacer historia.
Michael Jordan es, para muchos, el mejor jugador de la historia de la NBA y no fue número uno de su generación a pesar de ser capaz hasta de ganar a un quinteto de extraterrestres en una película más que icónica. Uno de sus más conocidos compañeros en los Bulls estuvo a punto de suicidarse y fue un periodista quien evitó el fatal desenlace.
El mejor jugador de los Celtics modernos recibió 11 puñaladas y jugó poco después como si no hubiera pasado nada y otro jugador de su época estuvo a punto de morir por una lesión en el tobillo.
El Killer Miller, el Dream Team de 1992 o el Redeem Team de 2008 y 2012 que dejó a España con la miel del oro olímpico en los labios, las mayores remontadas de la historia de la NBA y hasta el MVP que vendía en la calle antes de hacer historia mezclado con los mejores hermanos de la historia de la liga, dos de Sant Boi de Llobregat que lucen anillos en su palmarés.
El duro invierno de Springfield (Massachusetts) fue el culpable y la ciudad, el escenario. Falta el elemento clave: James Naismith. Su historia familiar es la historia del drama personificado. Muy joven debió hacerse cargo de hermanos menores por la muerte de sus progenitores y sin llegar a los 30 vio morir, casi en sus manos, a uno de ellos. Querían que fuera capellán pero él tenía otros planes.
Comenzó a estudiar Teología en Montreal y allí dio sus primeros pasos en el deporte. Probó el lacrosse, el fútbol y el rugby decantándose por el último durante la época veraniega. Con el cambio de estación, llegaba el problema.
Una vez licenciado, apartó la teología y dio un paso al frente en el deporte. Accedió al puesto de instructor de educación física de la Universidad YMCA de Springfield. Con buen clima el trabajo era sencillo, pero eso no sucedía los meses suficientes durante el curso y puso su mente a trabajar.
Luther Gulick le encargó la difícil tarea de encontrar un deporte a realizarse en el gimnasio que posibilitara que el programa deportivo de la YMCA de Springfield no sufriera un parón obligatorio por el invierno.
Necesitaba un deporte de interior y fracasó al intentar meter bajo techo el fútbol, el lacrosse y también el rugby, hasta que en su libreta de anotaciones comenzó a hilar lo que sería su inmortalidad. La noche antes a tener que entregar su solución para el invierno, Naismith no tenía nada. Absolutamente nada. Repentinamente dejó la primera norma: «No podrán correr con el balón.»
De ahí salió otra como «tienen que pasar el balón a un compañero», que evitaría, en la medida de lo posible, el contacto físico que destrozara el gimnasio. También apuntó que un jugador no podría cargar con el hombro, así como empujar, zarandear o golpear con el puño a un rival. De un plumazo, había evitado un deporte demasiado violento. El dilema era otro.
Gulick vio un problema en una de las primeras ideas del canadiense Naismith: un deporte con un balón bajo techo podría acabar con facilidad con el mobiliario del gimnasio de la escuela. «Solo podrán dar dos pasos con el balón» fue la solución. Los jugadores no podrían correr con el esférico en sus manos, lo que limitaría el contacto.
«Lo lanzarán con mucha fuerza y destrozarán todo», seguía Gulick. Entonces Naismith recordó el juego favorito de su infancia, duck on a rock. Los jóvenes tenían que tirar una piedra pequeña situada encima de una más grande mientras un guardián impedía que lanzaran desde más cerca de cinco metros. Si se tiraba muy fuerte, la piedra podría irse muy lejos y posibilitar que el guardián capturara al propietario, por lo que Naismith lanzaba con arco. De ahí salió otra norma, «hay que llegar con un tiro arqueado», que reducía la posibilidad de que el balón saliera con demasiada fuerza y rompiera nada.
Faltaba la guinda del pastel. Habituado al rugby y al fútbol (europeo), Naismith pensó en más de una ocasión en poner una portería, pero desistió; eso no podía salir bien en un gimnasio. Empezó a pensar en un objetivo que estuviera situado a cierta altura y así acabó diseñando las primeras canastas.
Naismith se fue a dormir con la tranquilidad de haber dado con algo importante. Despertó y su primera necesidad fue acudir al conserje de YMCA al que le acababa de encomendar un papel vital en su historia. Faltaba ese objeto, ese algo elevado por encima de sus cabezas y donde deberían situar el balón. Pidió unas cajas de madera de medio metro pero Robert Stebbins le respondió que no podría ayudarle, que a ver si le valían unas cajas de melocotones. Las cogió y las llevó al gimnasio, donde las situó en un raíl a diez pies de altura sobre el suelo; era una señal.
Horas después explicó a sus alumnos cómo funcionaba ese juego que todavía no tenía ni nombre.
Springfield sería el lugar para la historia, James Naismith el nombre y las Navidades de 1891 la fecha.
El 3 de agosto de 1949, y después de tres años de disputas entre la Basketball Association of America (BAA) y la National Basketball League (NBL), nace la Nacional Basketball Association, la NBA. La NBL fue anterior pero la BAA aterrizó pegando fuerte en los Estados Unidos. Estableció el baloncesto en grandes ciudades, algo que no hacía la liga existente, presente solo en capitales del Medio Oeste como Fort Wayne, Sheboygan o Akron, donde nacieron LeBron James y Stephen Curry. Los jugadores de la NBL practicaban el baloncesto en pequeños gimnasios y los de la BAA cambiaron el escenario no solo de ciudad, también de parquet. La segunda liga estableció el baloncesto en pabellones tan míticos como el Garden de Boston o el Madison Square Garden de Nueva York.
Para la temporada 1948-49 cuatro equipos potentes de la antigua NBL se marcharon a la BAA. Fueron Fort Wayne, Indianápolis, Rochester y Minneapolis, quienes se llevaron a uno de los mejores jugadores, George Mikan. Jugó en los Minneapolis Lakers, la primera casa de la mítica franquicia de Los Ángeles.
Al finalizar la temporada, ambas ligas se reunieron en las oficinas de la BAA, en el Empire State Building de Nueva York, donde sellaron un pacto que daría como resultado la National Basketball Association.
La nueva liga eligió a Maurice Podoloff como su primera cabeza visible y estableció en 17 el número de franquicias que disputarían la primera temporada, la 1949-50. La década de 1950 fue la más dura, ya que el apoyo de la afición por el baloncesto fue menguando y la NBA cayó hasta los ocho equipos. Ahí fue cuando la NBA decidió modernizar el juego y comenzó a utilizar el reloj de posesión de 24”.
La llegada del cronómetro hizo el juego más rápido y divertido de ver, lo que trajo de vuelta a los aficionados que comenzaron a ver crecer una liga que encontró, además, la estabilidad financiera.
Curiosamente, las ocho franquicias que disputaron la temporada 1954-55 comenzaron también la 2017-18. Fueron los New York Knicks, Boston Celtics, Minneapolis Lakers (ahora LA), Rochester Royals (ahora Sacramento Kings), Fort Wayne Pistons (ahora en Detroit), Tri-Cities Blackhawks (ahora Atlanta Hawks) y los Syracuse Nationals, los actuales Philadelphia 76ers.
La llegada de los jugadores afroamericanos también ayudó a crear expectación. Más físicos y rápidos, introdujeron los mates. En 1956, y cuando los Lakers ya tenían cinco títulos, los Celtics eligieron en el draft a un rookie de nombre Bill Russell, la primera superestrella de la historia de la NBA, un hombre que ganaría 11 anillos.
Tres años después llegaría Wilt Chamberlain y la NBA terminó de explotar mediáticamente. En 1967, la salud del baloncesto era tal que se creó una alternativa como la American Basketball Association, la mítica ABA. La nueva liga permitía fichar jugadores directamente del instituto, lo que fue un problema para una NBA que tardó casi diez años en apagar el incendio llegando a un acuerdo mediante el cual cuatro equipos de la ABA promocionaban. Más tarde, la NBA adoptaría de su hermana pequeña el triple o el concurso de mates del All Star Game.
Se juegan 82 partidos por equipo, hay baloncesto desde octubre hasta la tercera semana de abril y juego de lunes a domingo librando en Nochebuena, Acción de Gracias y en días como la Superbowl se adelanta y en la final del March Madness también, pero ¿cómo se elabora el calendario de la NBA? El responsable es Matt Winick, vicepresidente de la NBA.
Utiliza un programa informático en el que establece una serie de criterios que le generan un total de 1.230 partidos. Entre las normas, hay que tener en cuenta peticiones de equipos, que martes y jueves se juegan normalmente menos partidos o que hay pabellones multiusos que obligan a ciertos equipos a jugar fuera en determinadas fechas por no tener su cancha disponible.
Completar un calendario justo es casi imposible y se continúa trabajando en la elaboración de una liga más larga en el calendario para evitar en la medida de lo posible los back-to-back o los temidos cuatro partidos en cinco noches. Winick tiene en cuenta algunos patrones.
Para empezar, que se debe empezar a mediados de octubre y acabar en la segunda semana de abril. Cada equipo debe jugar 82 partidos totales, a dividir entre los que juegue contra equipos de su división, de su propia conferencia y de la otra.
Hay días prohibidos, ya que durante muchas fechas los estadios de los equipos no están disponibles y son los propios equipos los que deben enviar a la liga, con mucha antelación, qué días no pueden ser locales. A cambio, la NBA pide 50 fechas disponibles.
¿Por qué siempre hay partidazos en Navidad? Porque la NBA no es solo baloncesto. Se eligen varios días para que se disputen los duelos más atractivos como el inicio de temporada o los días de Martin Luther King y Navidad.
En los últimos años, los duelos entre Kobe Bryant y LeBron James primero y entre los Warriors y los Cavaliers después, han sido clásicos del Christmas Special y del Martin Luther King Day. El final del Madness no coincide con partidos de NBA y la noche de la Superbowl se adelanta la jornada para no coincidir con el partido por el título de la NFL.
Las noches de los viernes y sábados es cuando más se juega y los jueves hay menos, pero mejores, y los domingos se juega a media tarde en España, es decir, por la mañana en USA.
Los back-to back y los «cuatro en cinco noches» siempre han sido el problema más importante del jefe del Comisionado. Silver trata de rebajarlos para evitar que las estrellas descansen en determinados partidos por el cansancio acumulado.
Cuando un equipo del Este viaja al Oeste suele jugar muchos partidos en pocos días y también sucede al revés. Debido a las distancias, se aprovecha el cambio de costa para acumular partidos que después se premian con tres días de descanso —en casa.
Con 29 rivales y 82 partidos, el calendario sigue los siguientes patrones:
– 4 partidos contra los otros cuatro equipos de tu división (4 × 4 = 16).
– 4 partidos contra equipos de tu conferencia que no están en tu división (6 × 4 = 24).
– 3 contra los cuatro equipos de tu conferencia contra los que no juegas 4 veces (3 × 4 = 12).
– 2 partidos contra los 15 equipos de la otra conferencia (2 × 15= 30).
Año tras año, la NBA selecciona a los mejores jóvenes del mundo en una ceremonia que tiene lugar en Nueva York la última semana de junio. La liga establece que los peores equipos serán los primeros en elegir —salvo en algún caso especial, como veremos más adelante—, de manera que el sistema da un giro de 180° en un par de años.
¿Cómo funciona el draft? La temporada acaba la segunda semana de abril para 14 de los 30 equipos y solo unas semanas después, mientras el resto disputa el play-off, se lleva a cabo la lotería.
Los equipos con peor balance el año presente son los que tienen más posibilidades de tener elecciones más altas y, en este caso, el peor equipo tiene un 25% de posibilidades de llevarse el primer número del siguiente. En 2017, los Nets fueron el peor equipo de la temporada y se llevaron el primer pick en la lotería aunque lo tenían traspasado.
Se estableció en 1985 y funciona de la siguiente manera: se introducen 14 pelotas de ping-pong en un bombo con números del uno al catorce, creando 1.001 posibilidades. Las franquicias tienen números asignados según su rendimiento. Los Nets en 2017 o los Sixers de 2016 poseían 250 números de los 1.001. Se extraen cuatro de esas bolas y sale un número que está vinculado a un equipo, después se repite el procedimiento para los picks dos y tres siendo los siguientes variables respecto al rendimiento del curso anterior.
¿Es justo el draft? Aparentemente sí. La NBA trata de restablecer la liga con el paso de los años de manera que ninguna franquicia se vea en una década negra. La asociación es consciente de que hay mercados como Los Ángeles, Miami, Nueva York o California que pueden interesar más que Memphis, Indiana o San Antonio, por ejemplo. Con el draft se permite que un mercado con poco interés mediático como es El Álamo haya disfrutado de la mejor franquicia de la era moderna con un único primer pick del draft, el de Tim Duncan. Después de elegir al ala pívot de las Islas Vírgenes, los Spurs ganaron cinco anillos en menos de veinte agitando poco el mercado de agentes libres.
En los últimos años, Anthony Bennett ha sido número 1 e Isaiah Thomas, por el contrario, número 60 como perfecto ejemplo de que tener un pick alto no garantiza el éxito. El quinteto de la muerte de los Golden State Warriors del 73-9 no tenían miembro elegido en el top 5 del draft, siendo Stephen Curry y Harrison Barnes pick 7, los más altos. Andre Iguodala (#9), Klay Thompson (#11) y Draymond Green (segunda ronda) integraban uno de los mejores equipos jamás vistos.
Desde el año 2000 (hasta 2017), solo tres jugadores elegidos en primera posición en el draft habían ganado el MVP de las finales. Eran Shaquille O’Neal en tres ocasiones, Tim Duncan en dos y LeBron James en otras tres. Por el contrario, Kawhi Leonard, elegido en el puesto número 15 en 2011, fue elegido mejor jugador de la final en su tercera temporada en la liga.
Tony Parker, número 28 en 2001, fue MVP de las finales de 2007. Ambos lo lograron con los San Antonio Spurs bajo la batuta de Gregg Popovich, el mejor entrenador de la era moderna de la NBA.
¿Por qué es la NBA la mejor liga de deporte profesional del mundo? Entre otras —muchas— cosas, por el programa de ayuda a los más desfavorecidos que responde al nombre de NBA Cares —«la NBA se preocupa». Durante el fin de semana del All Star Game, las estrellas de la liga ayudan a la comunidad donde se celebra el partido y durante la temporada hacen lo propio con sus comunidades.
Gracias al programa de NBA Cares, no es raro ver a entrenadores y jugadores de la NBA haciendo entrenamientos de baloncesto con jóvenes, realizando donaciones a los más desfavorecidos o dando de comer a los más necesitados. También es habitual verles con gorro y delantal sirviendo comida el día de Acción de Gracias, un día especial en la liga, ya que no hay jornada.
La NBA se vuelca desde el día 1 con los jugadores para que sean conscientes de lo privilegiados que son respecto a gente de sus propias ciudades. Hay lugares de especial importancia en el programa como el Hospital Oncológico Infantil de Memphis que innumerables jugadores visitan en su viaje para jugar contra los Memphis Grizzlies.
3,9 millones de horas y más de 1.080 establecimientos para los que los jugadores de la NBA han arrimado el hombro son los números al término de la temporada 2016-17. 1.080 establecimientos donde niños enfermos o familias sin hogar han encontrado un techo.
En octubre de 2005, se estableció el objetivo —para 2010— de contribuir con 100 millones de dólares, 250 horas de trabajo voluntario y construir más de 250 lugares donde los niños menos favorecidos pudieran vivir, aprender y jugar.
El programa también trabaja de la mano de Naciones Unidas para concienciar a los jóvenes de los Estados Unidos sobre la malaria y lograr ayudas para erradicar la enfermedad a lo largo y ancho del planeta.
Una vez al mes, la liga premia a un jugador con el Community Assist Award, un premio que reconoce al mejor de la NBA en ayuda a la comunidad. En noviembre de 2017, Ricky Rubio se lo llevó en Salt Lake City en su segundo mes en la ciudad. De la mano del base de El Masnou, los Utah Jazz tienen un patrocinador que dona dinero a la lucha contra el cáncer. El programa Cares no involucra solo a ellos, también las jugadoras de la WNBA se ven envueltas en las diferentes actividades.
NBA Cares trabaja de la mano con asociaciones como Special Olympics, YMCA de los Estados Unidos, Make-A-Wish («pide un deseo»), Share Our Strenght («comparte nuestra fuerza») o UNICEF. Luchan para educar en valores a más de 12 millones de jóvenes al año.
El hombre que cambió la NBA. Considerado por muchos como el jugador más dominante de la historia de la NBA, Chamberlain nació en Filadelfia en 1936 y falleció en Los Ángeles en 1999. Jugaría, y marcaría época, en ambas ciudades con los Philadelphia Warriors y Los Angeles Lakers. ¿Cómo de dominante era? En su año rookie promedió 37,6 puntos y 27 rebotes. Fue el primer jugador en ser nombrado Most Valuable Player (MVP) y Rookie of the Year (ROY) en el mismo año y promedió la friolera de 41 puntos con Filadelfia durante seis temporadas incluyendo una que acabó con 50 de promedio.
A pesar de su innegable dominio en el plano individual, no pudo plasmarlo al colectivo al darse de frente contra los Boston Celtics de Bill Russell, que ganarían 11 anillos en 13 temporadas durante la dinastía verde.
En 1963 los Warriors se mudaron de Filadelfia a San Francisco y un año después de llegar a California fue traspasado de nuevo a Philly, a los 76ers, donde jugaría otras cuatro temporadas. Precisamente en Pensilvania ganaría su primer anillo en la temporada 1966-67 con unos promedios de 21 puntos y 29 rebotes en 15 partidos de postemporada. Seis temporadas después, y ya en los Lakers, volvería a ganar la liga con 14 puntos y 21 rebotes.
Su primer anillo con los Sixers supuso el punto y final a la histórica racha de ocho anillos seguidos de los Boston Celtics y en la final se enfrentaría, precisamente, a los San Francisco Warriors, donde jugó un año. Tras eliminar en siete partidos a los verdes, hicieron lo propio con San Francisco en seis.
Chamberlain fue el primer jugador en alcanzar la mítica cifra de 30.000 puntos en la NBA además de ser, hasta la fecha, el único en anotar 100 puntos en un choque, uno de esos récords históricos que parecen difíciles de superar. Por detrás están los 81 de Kobe Bryant y los 70 de Devin Booker y David Robinson.
¿Cómo cambió la NBA el bueno de Wilt? Por si los promedios no asustan, su legado incluye algunos cambios sistemáticos en las normas de la liga, cosas lógicas si las pensamos ahora mismo. Era mal tirador de tiros libres y se valía de una laguna en la normativa para saltar hacia el aro desde la línea de libres para ejecutar el tiro lo más cerca posible. Dice la leyenda que una vez la hundió saltando desde el tiro libre como después harían Jordan e Ibaka en sendos concursos de mates.
También se prohibió que un jugador fuera a por su rebote ofensivo si el tiro libre no tocaba aro, algo que Chamberlain hizo en no pocas ocasiones para anotar de dos en lugar de fallar de uno. También fue el culpable del goaltending, la norma más peculiar de la NBA para un europeo. Está prohibido rebañar el balón una vez está sobre el cilindro imaginario por encima del aro. Con sus 2,16 y sus muelles, era algo que hizo a Chamberlain más dominante. De esta manera también se cambió la forma de defender del 7 pies.
La regla del 3 to make 2 tampoco estuvo lejos de Wilt. Con esta peculiar normativa, un tirador de libres tendría una tercera oportunidad desde la línea si fallaba uno de los dos y el equipo que hacía la falta estaba por encima del límite de faltas de equipo, es decir, una medida anti hack para evitar que se mandara a Wilt a la línea de manera indiscriminada para explotar su 51% de acierto.
En la NBA hay un antes y un después de David Stern. Para los nacidos en los 90, la liga vivió un momento histórico cuando el abogado neoyorquino cedió el bastón de mando a Adam Silver, actual comisionado de la NBA. Y es que no se había visto otra cara dando la mano a los jóvenes del draft una noche de junio, Stern era la NBA.
Treinta largos años estuvo el neoyorquino al mando de la mejor liga de baloncesto del mundo y marcó una era estableciendo cosas básicas como el límite salarial que ahora se da por sentado. Su bautismo llegó en el draft de Michael Jordan, Hakeem Olajuwon, Charles Barkley y John Stockton, así que se puede decir que entró con buen pie.
El primero de los diez mandamientos de David Stern fue establecer un límite salarial en la liga, una medida que muchos han criticado pero que permite que franquicias de estados más pequeños, o con menos focos, que Celtics y Lakers accedan a la gloria. El ejemplo son los San Antonio Spurs, que, con un único número 1 desde 1997, han ganado 5 anillos a pesar de ser el 37.º mercado más relevante para los Estados Unidos a nivel publicitario.
Tras esto llegaría la NBA en directo. Sí, parece una obviedad pero hasta que tomó las riendas la liga no se veía en la televisión en directo, se grababan los partidos y se emitían en diferido. Pasó de estar a la altura de la NHL a la NFL, la liga más seguida. ¿En números? 7.000 millones de dólares en contratos.
El tanking era una de las mayores preocupaciones de la NBA cuando él llegó… y también cuando la dejó a pesar de que él creó la Lotería del Draft. Antes, el peor equipo tenía el mejor pick, por lo que a más derrotas, mejores jóvenes. Él dijo basta y estableció una lotería por la que las elecciones serían sorteadas entre los peores equipos teniendo el peor registro una ventaja estadística. Su primera lotería no estuvo exenta de polémica: los Knicks se llevaron a Ewing con el 1.
También fue el padre del Dream Team de USA en Barcelona 92, instauró el All Star Weekend y creó la WNBA y la D-League la liga femenina y la de «filiales» de la NBA.
¿Más? Bajo su mandato llegaron a la NBA franquicias como los Miami Heat, Orlando Magic, Minnesota Timberwolves y Charlotte Hornets en Estados Unidos además de los Vancouver Grizzlies y Toronto Raptors al otro lado de la frontera canadiense. Con los Bobcats, la NBA llegó a las 30 franquicias, además de reestructurar la liga a nivel de divisiones.
Una de sus decisiones más criticadas fue el código de vestimenta que instauró en la primera década del siglo XXI.
Muchos vieron en esta norma algo racista, pero lo cierto es que Stern acabó con los raperos y las cadenas. Las marcas vieron un filón en vestir a los Kobe Bryant, LeBron James… o Russell Westbrook.
El sueldo medio de un jugador de NBA pasó de 200.000 $ a 5 millones; las ventas de merchandising, de los 35 millones a los 3.000 millones; tuvo mano dura con el Malice at the Palace… y acabó con los Seattle Supersonics, su punto negro.
Leonard Kevin Bias nació para gobernar la NBA. De carácter reservado y amable, Bias se ganó de joven el mote de Frosty por ser «alto, fresco y tranquilo» según su reverendo. Pero detrás de ese mote hay un joven que no supo lidiar con la vida. Falleció con 22 años con 6,5 mg/litro de cocaína en la sangre. Era el 19 de junio de 1986, el día que murió, para muchos, la inocencia.
Mike Krzyzewski, técnico de Duke, dijo en 2004 que en 23 años al frente de la mítica universidad solo había visto a dos jugadores que le hubieran impresionado: Michael Jordan y Len Bias. Los Celtics le esperaban para dar aún más nivel a un roster campeón que ya tenía a Larry Bird, Robert Parish y Danny Ainge y que defendería título aquella temporada.
Fue la noche del 19 de junio, unos días después de ser drafteado por los Celtics, cuando el corazón de Len Bias dijo basta.
Elegido por Boston con el número 2 del draft de 1986 el día 17, Bias vivió unas horas interminables desde que Stern anunció su elección hasta que, por fin, pudo tumbarse en su cama unos segundos antes de volverse al campus de Maryland. Quería un Mercedes, tenía un Nissan deportivo y estaba diciendo adiós a su anterior vida para jugar en Boston. Larry Bird había prometido recortar sus vacaciones para conocerle cuanto antes, ¡Larry Bird!
Llegó a su casa y tras coger algo de ropa —de Reebok, que le tenía como contrapeso al icono de Nike, Michael Jordan— se dirigió al campus haciendo rugir su coche. Sus amigos le atosigaron como periodistas, lo que hizo que el joven de 22 años cerrara de un portazo y se adentrara en la noche.
Primero se compró seis cervezas, después fue a ver un amigo con el que compartió la primera experiencia con la cocaína de la noche, esnifada. No acabaría ahí. Después de que un policía le dejara ir a pesar de conducir más rápido de lo aconsejable, compró coñac para brindar «por el primer anillo de Bias con los Celtics» y, tras un par de vueltas, regresó al apartamento.
Sus amigos trataban de dormir pero él quería vivir la noche. Despertó a sus compañeros, a los que convenció con las cervezas que había comprado. Más cocaína, más alcohol. Acabó fumando una cocaína tremendamente pura (98%)… lo que le costó la vida.
Levantado a por agua, Lenny dio la primera muestra de sufrir un problema al tropezarse. Tenía las piernas entumecidas. Sufrió el primero de los tres ataques y sus compañeros de habitación llamaron al 911 mientras trataban de eliminar las pruebas. Len Bias se estaba muriendo.
Las emergencias de Maryland llegaron en ambulancia al campus y llevaron a Leonard a ser operado de urgencia: su corazón no aguantaba el ritmo de la noche. Defendieron hasta días después que solo habían bebido cerveza y que no había habido drogas, pero finalmente las dos autopsias que se le realizaron demostraron lo contrario. Las pruebas también evidenciaron que Bias no consumió alcohol ni tampoco otras drogas —hubo polvo de ángel en la habitación— aquella noche.
El agente de Bias descolgó el teléfono para hablar con el candidato demócrata, Robert Kennedy, para intentar que el mejor cardiólogo del estado llegara al Leland Memorial para tratar a Len Bias. Fue en vano.
Poco antes de las 9 de la mañana, el número 2 del draft de 1986, el futuro de los Boston Celtics y, lo más importante, un chico de 22 años, se apagaban para siempre.
Gracias a Gonzalo Vázquez por La última noche de Len Bias, relato de las últimas horas de Len Bias.
Una elección del draft de 1981, un traspaso de 1982, otra elección en 1986, unas declaraciones de guerra, estopa, mucha estopa y ¡et voilà! Tenemos equipo ganador. Los Bad Boys nacieron poco a poco, primero con Isiah Thomas, el bien llamado Baby Faced Assassin de la Universidad de Indiana, después con Bill Laimbeer y finalmente con Joe Dumars, al que más adelante se uniría uno de los mejores defensores de la época en la liga: Dennis Rodman.
Los play-offs de 1986 marcaron el inicio de un equipo mítico que plantaría cara a las mejores franquicias de la historia de la NBA: los Boston Celtics de Larry Bird y los Lakers de Magic Johnson. Casi nada.
Cayeron en primera ronda y en cuatro partidos —al mejor de cinco— ante los Atlanta Hawks, lo que hizo que el roster interiorizara una idea: había que ir más allá en la defensa. Y fueron mucho más allá. Su filosofía la definía, perfectamente, Bill Laimbeer: «Si hay que lesionar a un rival, se le lesiona.» Le costaría una sanción, claro. Pero ahí vino la clave.
Adrian Dantley e Isiah Thomas ponían los puntos (21 y 20, respectivamente) y el resto del equipo «bajaba el culo», es decir, defendía. El equipo fue el quinto mejor defensor de la temporada 1986-87, lo que le valió para llegar a la antesala de las finales de la NBA. Llevaron hasta el séptimo partido a los Celtics, que jugarían, y perderían, las finales contra los Lakers. La semilla estaba implantada.
Al año siguiente lograron su primer billete para las finales, pero la NBA repitió ganador con los Lakers, que todavía estaban un paso por delante del resto y levantaron el anillo de la mano de Worthy —triple-doble en el séptimo— y de Magic. En ese equipo estaban Byron Scott, AC Green o Mychal Thompson, padre de Klay. De nada sirvió que 7 de los 9 jugadores de Detroit anotaran en dobles dígitos.
Se tomaron la revancha de los Celtics en la siguiente con un claro 3-0. Llegaron con 63 victorias en Regular Season y llegaron a las finales del Este invictos con otro 4-0 a los Bucks antes de imponerse por 4-2 a los Bulls de Michael Jordan. ¿La final? Los Lakers, claro. Y vendetta.
Ganaron los dos partidos en la Motown por 97-109 y 105-108 antes de viajar a LA y asestar una puñalada a los Lakers (114-110). No perdieron la oportunidad de ganar en territorio prohibido, de asaltar Hollywood y allí lograron el primer anillo en el cuarto con un marcador de 105 a 97. Joe Dumars se coronó como MVP con 27 puntos con Isiah en 21,3 y 7,3 asistencias. Un año más tarde, y ante los Blazers de Drexler, se repitió la historia.