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Akal / Pensamiento crítico / 20

Joseba Fernández González, Miguel Urbán Crespo y Carlos Sevilla Alonso (coords.)

De la nueva miseria

La universidad en crisis y la nueva rebelión estudiantil

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Prólogo

Capitalismo académico vs. juventud sin futuro

Jaime Pastor

Sin necesidad de caer en la nostalgia por tiempos pasados, es innegable que a medida que se ha ido extendiendo la ola neoliberal a la mayor parte del planeta, las transformaciones que ha ido sufriendo la universidad han sido enormes y han ido a peor. Quizás en diagnósticos como el que hace Alberto Toscano en uno de los artículos publicados en este libro quede bien resumido el resultado de ese proceso: «La universidad contemporánea está fundamentalmente orientada hacia la formación de trabajadores precarios para un mercado laboral cada vez más explotador». En efecto, después de leer el conjunto de trabajos reunidos en esta obra esa es una de las rotundas conclusiones que cabe extraer. Me limitaré a resaltar en este breve prólogo otras de las muchas aportaciones que me han parecido relevantes.

En los capítulos de Toscano podemos encontrar una incisiva crítica a la función que juegan dentro de esa estrategia viejos conceptos ahora reformulados como «autonomía» y «productividad», seguida luego por la propuesta de concebir la movilización estudiantil como «la formación de una solidaridad entre aquellos que no tienen otro futuro que el endeudamiento y la casi total ausencia de control colectivo sobre los espacios y tiempos de la vida diaria». Panagiotis Sotiris presenta luego una rigurosa reflexión sobre la conformación de la universidad-empresa, no sin llamar la atención sobre el unilateralismo de las tesis del «capitalismo cognitivo», para acabar sugiriendo una visión más compleja de aquella como «la condensación de estrategias de clase relacionadas con los imperativos hegemónicos en un periodo de reestructuración capitalista y de deterioro de la relación de fuerzas entre el capital y el trabajo».

Joseba Fernández, Carlos Sevilla y Miguel Urbán, editores de esta obra colectiva, activistas y autores de otros trabajos en los que han sometido a crítica el «Plan Bolonia» y la «Estrategia Europa 2020», analizan en su artículo la universidad como «aparato hegemónico» y como «campo de batalla de la lucha de clases». Su denuncia de la actual transición de la universidad de las profesiones a la del empleo-basura y el lugar que dan a la lucha contra la tríada recortes-tasas-deuda parecen muy acertadas y deberían estar en la agenda de los movimientos estudiantiles, especialmente en los países periféricos de la eurozona.

Ravi Kumar proporciona un balance del proceso de mercantilización de las universidades en India, describiendo cómo el neoliberalismo ha ido penetrando en las esferas intelectuales hasta el punto de, como en otras partes, convertirse en un «pensamiento único» que se imparte a un estudiantado del que, a consecuencia del aumento de tasas y de los créditos obligados, se excluye a un número creciente de jóvenes.

Giulio Calella nos ofrece algunas enseñanzas de las luchas del precariado en formación contra las reformas de 2008 en Italia y Annie McClanahan presenta un balance de la evolución de las universidades estadounidenses y de la conversión del estudiantado en una especie de «sindicato de los endeudados» que, sin embargo, parece haber conseguido parar el funcionamiento normal de esas instituciones. Una lección a tener en cuenta cuando se nos presenta a las universidades de la todavía superpotencia global como referente en el que mirarse en los tiempos que vienen.

Vemos así que se juntan aportaciones más teóricas y generales, que actualizan el análisis crítico de la universidad como institución o aparato hegemónico y de las funciones que asume en el marco del paradigma neoliberal y la crisis sistémica, con estudios particulares de casos como el estadounidense, el indio o el italiano. De todos ellos se desprende un llamamiento a la acción y a la conformación de un movimiento estudiantil que esté dispuesto a convertir esa institución en un espacio de confrontación con el poder de clase y con el futuro de precarizados y endeudados de por vida que se ofrece a la mayoría de quienes entran en ella.

No creo que haga falta extenderse sobre la oportunidad de esta edición en un momento en el que en el estado español nos encontramos con una verdadera operación de destrucción de la universidad pública para ponerla al servicio de su mercantilización y privatización acelerada en manos de «gestores», acabando así de paso con la democracia estamental existente hasta ahora. Por eso no es ninguna exageración sostener que esta obra colectiva es un arma muy necesaria para acompañar a la protesta indignada y colectiva con poderosas razones frente al actual estado de excepción social, político y cultural en que hemos entrado y al lugar que en el mismo juega la institución universitaria.

Introducción

De la nueva miseria en el medio universitario

Joseba Fernández, Carlos Sevilla y Miguel Urbán

La lucha contra la presente división social del trabajo es también contra la universidad; esta es, en efecto, uno de los principales centros de producción –a veces meramente pasiva, por su mera estructura– de ideología hegemonizadora al servicio de la clase dominante, al servicio de la interiorización de esta división del trabajo, y la misma división técnica del trabajo para la que la universidad prepara está inevitablemente cualificada por aquella función esencial. Se trata, pues, de superar esta universidad, no de mejorarla.

Manuel Sacristán Luzón, La universidad y la división del trabajo

A nuevos tiempos, nuevos análisis. Ante la emergencia de un nuevo modelo de universidad, se impone elaborar un nuevo aparato conceptual y teórico que nos permita entender las dinámicas de transformación de la misma. Este es, a grandes rasgos, el objetivo de este libro: contribuir a seguir construyendo, desde los marxismos, un discurso crítico sobre el papel que hoy juega la universidad dentro del capitalismo tardío.

Entendemos que fue durante las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado cuando, alentado por las luchas estudiantiles en curso, se produjo un avance notable en la interpretación del sentido y las funciones de la universidad desde una perspectiva crítica e, incluso, de superación de la misma. Sin embargo, poco queda ya de aquella universidad de masas que ha sido reformada a base de informes, planes, estrategias, procesos y leyes. Hoy la universidad es ya un espacio socialmente distinto al que la rebelión estudiantil del 68 tuvo que hacer frente. La nueva universidad-empresa, tal como ha sido teorizada, es el definitivo pulso lanzado sobre la universidad para someterla a criterios mercantiles y, en última instancia, para hacer de ella un nuevo campo de valorización de lo que allí se produce: conocimiento. Pero si este cambio de modelo suponía de por sí toda una revolución en la naturaleza misma de la educación superior, la explosión de la crisis del capitalismo financiarizado a nivel global ha terminado por hacer estallar la idea de una universidad autónoma y democrática. Así, la universidad-empresa se encuentra en un nuevo estadio: en el tránsito directo y acelerado a la universidad endeudada. Esta nueva universidad, como un vector más de la destrucción general de los servicios públicos, se inserta en la lógica del mecanismo de la deuda como elemento básico de las relaciones económicas y de intercambio en el capitalismo financiarizado. En la práctica, supone la condena de las universidades públicas a su estrangulamiento financiero y a verse forzadas a quiebras técnicas. En última instancia, implica el sometimiento del sistema universitario a una auténtica terapia de choque neoliberal: la intervención externa por parte de las fuerzas del mercado, de la banca y de los gobiernos al servicio de los intereses privados.

La universidad de la deuda golpea, sobre todo, a trabajadores y estudiantes. Los primeros (profesores, investigadores, personal de administración y servicios), se hallan inmersos en procesos de despidos colectivos masivos, recortes salariales y modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo, sometimiento a grotescos procedimientos de evaluación y de productividad bibliométrica y precarización extrema de sus condiciones laborales. Sobre los estudiantes, se cierne un proceso de exclusión del acceso a la universidad. Algo que, vía aumento de las tasas de matriculación, se intuía desde hacía años por parte de los sectores más conscientes de lo que escondían las reformas universitarias, pero que ha superado con creces las peores y más apocalípticas expectativas. Siguiendo el modelo estadounidense, el endeudamiento será la característica constitutiva, forma y contenido, de la nueva miseria estudiantil. Entender la complejidad de este mecanismo, la profunda alteración de las relaciones que establece e, incluso, de las potencialidades que ofrece para la construcción de resistencias es otra tarea fundamental a la hora de caracterizar los nuevos tiempos de la universidad.

Y es que este es un libro pensado desde y para las luchas universitarias. Luchas que, aunque mayoritariamente protagonizadas por estudiantes, incluyen a los diferentes sectores que padecen las políticas de ajuste sobre la universidad. Precisamente, para esta obra colectiva hemos contado con la colaboración de algunos protagonistas directos de las resistencias contra las reformas tecnocráticas de la universidad en distintos lugares del planeta. Algunos de estos contextos (Italia, Reino Unido, Estados Unidos, India, Grecia) han sido, además, espacios centrales en la configuración de las resistencias a la mercantilización y destrucción de la universidad pública. Las luchas en esos contextos han sido (como las de Chile, Quebec, Puerto Rico, etc.) auténticas experiencias de aprendizaje y verdaderos estímulos para alimentar el conflicto entorno al asalto mercantil sobre las universidades en otras partes.

Por otro lado, asistimos a un feliz renacimiento. El del despertar de la crítica de la institución universitaria al calor de los conflictos estudiantiles que han actuado como «reveladores» de las profundas mutaciones de la universidad, de la subjetividad estudiantil y del trabajo intelectual. Es en el marco de los debates y prácticas del movimiento, en y desde la movement theory, donde surgen las posibilidades más efectivas para generar discursos y prácticas antagonistas en relación al modelo de universidad. Para disponer de nuevos instrumentos de análisis y poder articular un discurso alternativo frente a quienes tienen una estrategia definida de modelo universitario (y de sociedad) hacia el que hay que ir, son necesarios espacios propios desde los que repensar la universidad. En este sentido, salvo contadas excepciones, el análisis ideológico sobre la transformación de las universidades ha permanecido alejado de los temas más centrales de debate en el campo de la izquierda. Sin embargo, la rápida demolición que sufre la educación superior en su versión pública, democrática y de calidad es una apelación a la urgente necesidad de disponer de un adecuado arsenal teórico sobre la universidad. Se trata de proceder a una resignificación de la misma de tal forma que pueda ser pensada en términos históricos, sociológicos y económicos.

Creemos que este libro ayuda a ocupar, junto con otros pero todavía parcialmente, este vacío. Y lo hace estableciendo un permanente y necesario debate con diferentes corrientes político-teóricas presentes en los movimientos: con el marxismo estructuralista, con el postoperaismo defensor de las tesis del «capitalismo cognitivo» e, incluso, con aquellos sectores incapaces de ir más allá de la defensa de la universidad como servicio público. Se trata, en todo caso, de una modesta contribución para una verdadera renovación en el análisis de la universidad en un momento de efervescencia social y de creciente desafección frente al pensamiento dominante.

Creemos que los diferentes artículos que componen esta obra muestran una visión general y de conjunto de los aspectos nucleares que explican la actual crisis que atraviesa la universidad.

El artículo que abre esta recopilación, firmado por los tres coeditares de la obra, da cuenta, desde un punto de vista marxista abierto, de la naturaleza de las funciones de la universidad, institución considerada como un «aparato hegemónico» al servicio de la clase dominante y de su estado. Los autores realizan un recorrido por las «misiones» de la universidad, su crisis actual y la centralidad que tiene como espacio simbólico y material para la lucha de clases.

Panagiotis Sotiris, profesor griego resistente frente los diktats de la troika, nos ofrece en su artículo un marco teórico convincente para el análisis de lo que desde el movimiento estudiantil y desde la movement theory se conoce como la universidad-empresa. Este modelo universitario de inspiración anglosajona se plantea como una estrategia hegemónica de la clase dominante para la internalización de los cambios en el mercado de trabajo y en los procesos capitalistas de acumulación dentro de la educación superior en tanto que «aparato hegemónico».

Incluimos también un par de artículos de Alberto Toscano, profesor de la londinense Goldsmiths University que polemiza en sus textos con ciertas visiones tecnodeterministas, procedentes de autores que han popularizado las tesis del «capitalismo cognitivo», sobre la naturaleza de las transformaciones universitarias en curso y la subjetividad estudiantil. En sus artículos, la universidad es considerada como la encargada de formar a trabajadores precarios para un mercado de trabajo cada vez más precario, entendiendo la devaluación del conocimiento como parte de una lógica instrumental, de estandarización y funcional no para la captura del exceso cooperativo del trabajo vivo que identifican los postoperaistas sino para la reproducción de la fuerza de trabajo adecuada a trabajos mal pagados, sobreexplotados y poco cualificados, así como para la generación de sujetos endeudados.

Giulio Calella, activista de largo recorrido en el movimiento estudiantil italiano y editor de varias obras de referencia sobre el mismo, aborda en su artículo la configuración de la universidad como «fábrica de precariedad» a partir del caso italiano. El «proceso de Bolonia» construye una fábrica cuya materia prima es el estudiante-masa y cuyo producto es la precariedad generalizada para estudiantes y trabajadores de la universidad. En este capítulo aborda el interesantísimo debate surgido en el movimiento estudiantil italiano, que ha atravesado la práctica totalidad de los movimientos recientes sobre la naturaleza de la condición estudiantil actual.

Annie McClanahan aborda un aspecto central de la nueva miseria estudiantil: el endeudamiento producido por la explosión de las tasas en las universidades públicas y privadas norteamericanas y la consiguiente creación por parte del capital financiero de un circuito de crédito de alto riesgo destinado a hacer frente (a altos tipos de interés) a aquella subida. La socialización del mecanismo de la deuda entre gran parte de estudiantes norteamericanos (pero también chilenos y quebecois) está en el origen de un nuevo tipo de movilizaciones y de organización estudiantil de las que da cuenta en su artículo. McClannahan explora también las posibilidades de resistencia que ofrece la deuda valiéndose de diversos panfletos, como nuevos-viejos constructores de discurso, producidos en el seno del movimiento estudiantil estadounidense.

Last but not least, Ravi Kumar, profesor de la South Asian University en Nueva Delhi, y experto en educación desde un punto de vista crítico, nos muestra en su artículo cómo ha penetrado la lógica neoliberal en las universidades indias con la esperanza de que dicho análisis constituya un terreno común para las que universidades se conviertan en centros de resistencia.