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sociología
y
política

PIERRE BOURDIEU:

CAPITAL SIMBÓLICO Y MAGIA SOCIAL


ISABEL JIMÉNEZ

(coordinadora)


textos de

pierre bourdieu
loïc wacquant
markos zafiropoulos
patrice pinell
mercedes olivera bustamante
luis antonio sánchez trujillo
sandrine garcia
franck poupeau
domingo garcía
hugo josé suárez




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PRESENTACIÓN

isabel jiménez



He aquí el objeto que inquietó y orientó toda la obra sociológica de Bourdieu, la cuestión de las clases sociales y el lugar del poder simbólico en la diferenciación social enclasante. El primer trabajo que presentamos en el libro es también el primer artículo publicado por el sociólogo francés, en Actes de la Recherche en Sciences Sociales del Centro de Sociología Europea en 1975; es decir, en el primer número de la revista. Ciertamente, no era un objeto de moda, tipo de objetos que rechazó radicalmente nuestro autor. Pero sí un objeto de investigación fundamental para continuar un análisis, que Karl Marx había iniciado, sobre los modos de reproducción de las sociedades divididas en clases sociales opuestas y a la vez complementarias, y que el propio Marx fundamentó al demostrar la capacidad de la fuerza de trabajo humana de ser productora de valor, y por tanto de producir la plusvalía que es la base de la explotación capitalista, de la acumulación de capital, de su división en clases sociales dominantes y dominadas y de su reproducción económica y social. La muerte del autor de este aspecto estructural, del estudio más preclaro del modo de producción capitalista, El capital, en el siglo xix, fue la causa fundamental de su imposibilidad de desarrollar el estudio sobre las clases sociales, que era, como él lo afirma en el tercer tomo de su obra cumbre, parte indisolublemente ligada a sus estudios sobre la explotación de la fuerza humana de trabajo, así como a la producción y apropiación de trabajo no pagado al obrero y, por tanto a la explotación. Situación que como Marx demostró en sus investigaciones, genera condiciones de dominación, es decir, escinde el mundo social en clases dominantes y clases dominadas. Aunque no pudo profundizar la investigación más allá de las condiciones materiales, específicamente económicas, dejó no solamente enunciado el problema complejo de los enclasamientos sociales sino también, como un proyecto en ciernes del que se pueden encontrar elementos, planteamientos y esbozos a todo lo largo de su tr conocido.

Bourdieu toma la cuestión en sus manos y profundiza, durante medio siglo de trabajo y producción teórico-práctica, sobre las clases sociales en el mundo moderno, y desarrolla un método armado de elementos conceptualmente innovadores en el campo de las ciencias sociales, que le permitieron servirse del capital cultural acumulado hasta la última mitad del siglo xx e “inventar” un método de abordaje de la problemática actual de la diferencia, de la distinción, que no es otra cosa que la puesta en escena de una lectura de la realidad social contemporánea a través de los procesos enclasantes que la caracterizan; Bourdieu continúa por ello, si es posible decirlo de este modo, el trabajo iniciado por Karl Marx, llevando el estudio de las diferencias sociales más allá de sus determinaciones económicas materiales, sondeando, contruyendo y reconstruyendo en las determinaciones subjetivas de esos modos de distinción, para mostrar el sustento en lo simbólico, que también las hace existir como mostraría Bourdieu, en su agitada trayectoria de más de medio siglo de producción.

¿Será casual que Marx produjera su obra fundamental en la segunda mitad del siglo xix, en un periodo de turbulencia del ascenso del capitalismo salvaje en Europa, el cual se valió de la conquista etnocéntrica, soberbia y ciega, de pueblos de una riqueza cultural enorme y un sólido, aunque diferente, desarrollo? Esos pueblos, sometidos durante varios siglos a los designios y necesidades materiales e ideológicas de la Europa colonialista, habían alcanzado y superado a ésta en muchos de los campos de la ciencia, de la técnica y del arte en sus distintas manifestaciones, en su organización social y en la particular riqueza de su cultura. Pero la invasión europea truncó su trayectoria imponiendo su propia perspectiva eurocéntrica, y negando valor a la riqueza hoy día evidente de estas culturas. No en balde la conquista es un proceso largo y difícil sobre todo entre los pueblos más desarrollados como los mayas, sólo para hablar de grandes entre los grandes. El sometimiento nunca logrado se enfoca en la exterminación de estructuras sociales, pueblos y culturas ante la defensa valiente y porfiada de valores, ideas, conocimientos, costumbres y formas de organización política y económica.

¿Será acaso casual también, que un siglo después de Karl Marx, otro gran trabajador intelectual, Pierre Bourdieu, en una nueva fase de desarrollo del modo de producción capitalista a nivel mundial, se ocupara con la misma pasión y convicción de esa otra gran dimensión de lo humano, es decir, de lo social, que es la construcción de la subjetividad humana y su compleja intervención en los procesos de enclasamiento? Ciertamente, no lo es.

Pero no es éste ni el lugar ni el momento apropiado para discutirlo. Lo que importa ahora es cómo aparecen, así, dos órdenes de análisis indisolublemente ligados aunque históricamente separados, y que en una visión empobrecida de la concepción de la producción del hombre y de su mundo, son ajenas entre sí; dos órdenes de análisis que demuestran, no sólo cómo hombres y mujeres estamos sometidos a los efectos expoliadores del poder económico sino también cómo somos, “en cierto modo”, hacedores de las relaciones de dominio que, articuladamente delinean el mundo social; el mundo de la explotación a través de la extracción de plusvalía, el mundo de la reproducción del capital y de su modo de producción disponiendo de la capacidad de la fuerza humana de trabajo, de producir valor. Y, también, del mundo de violencia simbólica que vivimos como seres socialmente enclasados. Es decir, como seres que compartimos un mundo creado por nosotros mismos, pero sometidos a condiciones desiguales de vida y de desarrollo, de oportunidades, que se traducen en diferencias que tanto Marx como Bourdieu estudian, para hacer aparecer, por un lado, los mecanismos por los cuales se producen esas distinciones, esas diferencias, esas discriminaciones, entre los agentes sociales que pueblan el mundo social. Y, por otro lado, las diferentes instancias que contribuyen a ello, el modo particular combinado y complejo en el que todos estamos inmiscuidos material y simbólicamente, en ese modo de existir socialmente.

Marx y Bourdieu nos orientan, cada uno con su respectivo método de análisis; y nos invitan a recorrer el camino de la producción de conocimientos, incluso de nosotros mismos, como investigadores de nosotros mismos en relación con otros. De manera tal, que nos sea posible ver cada vez con mayor claridad, la veracidad actual del mundo en que vivimos, del mundo social que construimos. Sirviéndonos para ello, del cúmulo de herramientas que ya han sido producidas y, a la vez, propiciando la creación de nuevas condiciones de producción. De tal modo que se pueda enfrentar siempre desde el presente, armados con el pasado, con el devenir permanente hacia el futuro que es nuestro presente, aquí y ahora. Y sin perder nunca de vista que presente, pasado y futuro son en nosotros un solo movimiento en el que transcurre el siempre inacabado proceso de la vida.

En el marco de estas reflexiones he concluido el libro que ahora presento a ustedes, futuros lectores críticos, en un intento por seguir en la línea que ya habíamos iniciado en Ensayos Sobre Pierre Bourdieu y su obra, publicado en 2005, producto también del trabajo en el Seminario Permanente de Investigación y Formación Pierre Bourdieu, que coordino en el Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Hoy se expone con orgullo a la vez que con humildad este segundo volumen, resultado de un trabajo riguroso, constante, empeñoso, que ha tenido que enfrentar muchas dificultades, obstáculos, contratiempos, que poco a poco afortunadamente han logrado superarse. Estamos conscientes de no ser la excepción. Esto sucede siempre a toda empresa ambiciosa en sus propósitos y crítica de las condiciones que se empeñan en mantener la desigualdad como algo natural. Condiciones que se empeñan en mantener oculto, des-conocido, me-conu, como dijera Bourdieu, su origen social. Y, por lo tanto, como también dijera el gran sociólogo francés, “Lo que el mundo social ha hecho puede también deshacerlo”.

Pero también queremos poner por escrito la enorme satisfacción de haber encontrado siempre apoyo solidario, mucha simpatía y un interés creciente en los diferentes aspectos que conforman las tareas del Seminario, entre las que destacan la difusión de la obra de Bourdieu y la formación de grupos de trabajo que, interesados en la investigación social, comparten, indagan, descubren el rico mundo de la producción bourdiana y de su método de análisis.

A todos estos amigos que han sostenido nuestro trabajo y nos han permitido darle continuidad y avanzar, despacio pero segura y sólidamente, quisiéramos hacerles llegar nuestro profundo agradecimiento. Y, también, manifestarles nuestro deseo de poder seguir contando con su apoyo solidario. Son muchos esos brazos, ese aliento, esa buena disposición, por lo que no es posible hacer mención de todos aquí. Mencionaremos a algunos, entre ellos, que destacan sin lugar a dudas.

En la unam, como alma mater por supuesto, diversas dependencias que se mencionan sin ningún orden de prioridad: el Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación, la Coordinación de Difusión Cultural, la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina, el Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades. Entre las Universidades del interior destacan, el Centro de Estudios Superiores de Chiapas y Centroamérica, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, la Facultad de Ciencias Sociales y el Centro de Derechos Humanos de la Mujer de Chiapas en San Cristóbal de Las Casas, de la Universidad Autónoma de Chiapas, y el Centro de Investigaciones en Educación de la Universidad de Veracruz en Jalapa.

A nivel internacional, el Centro de Sociología Europea y el Grupo Raisons d’Agir de París, la Alianza Francesa de México, desde su sede Polanco en el Distrito Federal.

A nivel individual, sería tan extensa la lista de nombres, que podría incluso parecer ostentosa su enumeración. Por lo tanto se hará mención de algunos, sin los cuales nuestro trabajo no hubiera alcanzado el muy importante nivel de desarrollo a que hemos llegado, no sólo en publicación de libros sino también en la conformación de los dos grupos de trabajo que se han articulado en el trabajo colectivo.

En primer lugar el profesor Patrice Pinell, coautor del volumen que hoy presentamos. Sin su apoyo solidario, respetuoso, apasionado y riguroso, nuestro proyecto no hubiera contado con la presencia bourdiana en vivo. Investigador formado en el Seminario de Bourdieu, con un dominio absoluto del oficio de sociólogo y una larga y muy productiva vida académica en Francia; con la gentileza y la paciencia de un pedagogo, siempre atento a las demandas de los diferentes grupos con los que hemos trabajado desde el año 2002, preparó los cursos en los que nos ha mostrado, en acto, en proceso de desarrollo, el ejercicio del método bourdiano de análisis. Tomando como problemas a construir cuestiones de salud y enfermedad, nos ha enseñado la sociología bourdiana en acción.

La querida y reconocida antropóloga Mercedes Olivera, también coautora del libro objeto de esta presentación. Mercedes ha sido la promotora más brillante, inteligente, generosa y entregada, con quien nuestro Seminario ha tenido la fortuna de contar en Chiapas. Su apoyo ha sido definitivo para consolidar el grupo de trabajo en esa sede, en la que ya hemos iniciado un proceso de formalización institucional para el desarrollo de proyectos de investigación y la obtención de fondos para llevar a cabo en el propio San Cristóbal de Las Casas, los cursos y conferencias que imparte el Seminario, particularmente en las sesiones anuales que desde 2002 han tenido lugar. Su aportación al Seminario es enorme.

Es también imprescindible la mención de la recientemente fallecida, siempre solidaria como mujer y muy rigurosa como socióloga, nuestra querida amiga Vania Salles de El Colegio de México. Vania participó como coautora en el primer volumen que publicó el Seminario, Ensayos sobre Pierre Bourdieu y su obra. Estaba contemplada su contribución para el actual volumen, ella estaba trabajando sobre La miseria del mundo de Bourdieu, pero su estado de salud le impidió concluir su artículo. No obstante, pudo evaluar la colección de trabajos que incluimos. Su preclaro dictamen fue de gran apoyo personal ya que me sirvió para valorar el trabajo realizado y tomar la decisión de presentarlo ya para su publicación.

Tal como se lo hice saber, antes de que el cáncer le impidiera continuar su brillante carrera académica y su disfrute apasionado por la vida, fue una de las más importantes figuras femeninas que han dado aliento a nuestro trabajo y han puesto de relieve la importancia de nuestro proyecto, desarrollado a través del Seminario Permanente de Investigación y Formación Pierre Bourdieu.

De todos los colegas que contribuyeron conmigo no sólo en las traducciones a dos, tanto del inglés como del francés, de los artículos aquí presentados, quisiera, a manera de reconocimiento colectivo, mencionar a tres de ellos cuyo esmero en el apoyo para la continuidad del proyecto de formación, investigación y producción que constituye nuestro Seminario fueron más allá del trabajo de traducción que realizamos juntos, proponiendo, sugiriendo o discutiendo conmigo con empeño e inteligencia, acerca de las distintas actividades: conferencias, sesiones de trabajo, debates, etc., que han nutrido la vida y la trayectoria del Seminario y de su producción. Ellos son: Loïc Wacquant, Claudia Lasso y Domingo García Garza, quien no sólo preparó conmigo la difícil traducción de “El costurero y su firma. Contribución a una teoría de la magia” de Pierre Bourdieu e Yvette Delsaut; sino que además es coautor del volumen con un excelente trabajo titulado “La sociología económica de Pierre Bourdieu: la economía de las prácticas económicas”.

El hilo conductor que movilizó el acopio, la traducción, la redacción, la revisión y la selección de los trabajos que forman este nuevo libro, es el aspecto que define el continente que Bourdieu redescubre para “completar” la posibilidad de comprensión y acción sobre el mundo social por los agentes sociales: el aspecto simbólico de la construcción del mundo social; el lugar que asume en esa construcción el poder simbólico.

Es por ello por lo que abrimos el volumen con ese célebre trabajo de Bourdieu, que es su presentación en el origen mismo de Actes de la Recherche en Sciences Sociales del Centro de Sociología Europea en 1975. Se trata de “El costurero y su firma. Contribución a una teoría de la magia”, que mencioné un poco más arriba. Estoy convencida de que lo que yo pudiera decir sobre este trabajo sale sobrando. Sé que lo leerán, quizá sorprendidos, y sintiendo que con tantos años pasados desde su aparición, seguramente sus aportaciones ya no tienen vigencia. Afortunadamente no es así. En el momento de su publicación, el trabajo de Bourdieu era la producción de un clásico. Y un clásico siempre está actualizado. Es decir, toca siempre el corazón de la problemática que está en debate. No envejece, siempre tiene algo que decirnos.

Para esta edición, he decidido dejar que cada uno de los coautores se presente a sí mismo, de manera que, tal como hice en el caso del texto de Pierre Bourdieu, dejo en sus manos y a su criterio, este valioso material, reunido ahora, para seguir los pasos de cada autor en su modo particular de hacer uso de la producción bourdiana.

PRIMERA PARTE:
EL MÉTODO A TRAVÉS DE LA INVESTIGACIÓN