Cubierta_-_Bhagavad_Gita.jpg

© Plutón Ediciones X, s. l., 2020

Diseño de cubierta y maquetación: Saul Rojas

Ilustración de cubierta: Vecteezy.com

Edita: Plutón Ediciones X, s. l.,

E-mail: contacto@plutonediciones.com

http://www.plutonediciones.com

Impreso en España / Printed in Spain

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

I.S.B.N: 978-84-18211-01-0

Introducción

El Bhagavad Gita es uno de los principales textos sagrados de la India. Se trata de una gran obra filosófica que desempeñó el mismo papel en la historia de la India que el Nuevo Testamento en los países de la cultura europea.

Escrito en sánscrito hace más de 2500 años, gita significa canción y bhagavad se refiere a un término sánscrito que significa Dios, el poseedor (vat) de todas las opulencias (bhaga). El Bhagavad Gita es entonces, el canto del Señor de todas las opulencias.

Como parte de la epopeya conocida como el Mahabharata, la obra presenta un pasaje memorable incluido en uno de los libros de esta extensa épica, que es una mezcla entre la Odisea, la Ilíada y la Biblia.

El autor del Bhagavad Gita, como de todo el Mahabharata, es desconocido, pero se atribuye ser el compilador de este y de otros textos sagrados al gran sabio Vyasa. De hecho, algunos de ellos fueron escritos mil años antes y mil años después, por lo que se ha dicho que existen muchos «Vyasa» (esta palabra en sánscrito significa «compilador»).

El Bhagavad Gita es considerado un texto lleno de sabiduría y espiritualidad. Presenta una concepción integral sobre los problemas de la filosofía y el significado de la vida humana. Se ha dicho que es una síntesis de las diversas corrientes religiosas de la India, y es por ello que es tan querido y apreciado por diversas facciones religiosas, aunque se identifica más con el vaisnavismo o visnuismo (el culto a Vishnú, de quien Krishna es un avatar).

En relación con los dioses, el panteón hindú es muy grande, pero existe una triada conformada por Brahma, Vishnú y Shiva. Según el Bhagavad Gita, Vishnú, la segunda persona de la Trinidad India, se encarna con forma humana como un avatar cada vez que la humanidad está en peligro, para así restablecer la rectitud, el amor y la verdad sobre la tierra. De esta manera, el Bhagavad Gita expone el mensaje de la divinidad para la humanidad, en su forma del avatar Krishna. Solo el cumplimiento de nuestros deberes da la liberación, es por ello que cuando la gente no los cumple es tiempo de que venga Vishnú (Krishna mismo es su reencarnación).

El Bhagavad Gita refiere que inclusive se ve al Dios encarnado en cada ser hermoso y justo que tenga vida en el mundo. La Trinidad de alguna manera pone a un Dios árbitro y sostén del universo, Brahma, y a un Dios conservador, aglutinador, Vishnú; y otro destructor, innovador, Shiva. Es decir las fuerzas primordiales del universo.

De esta forma, Vishnú, en este caso Krishna, viene al mundo a poner orden ante las fuerzas del mal que crean el caos y ponen de manifiesto la injusticia. Es por esto que Krishna escoge el bando de los Pandavas y decide conducir el carro de combate de Arjuna en una batalla por la liberación del reino Hastinapurta.

Es así como el Bhagavad Gita narra las instrucciones que dio Krishna al arquero Arjuna en el preámbulo a la batalla de Kurukshetra.

Dicha batalla representa una manifestación de la lucha eterna, y en ella participan hombres y dioses. Al parecer, esto sirvió de inspiración para la Ilíada de Homero, donde los dioses también intervienen en las acciones de los hombres durante el combate.

Argumento

En líneas generales, el Bhagavad Gita es un poema en forma de diálogo entre el Señor Krishna (el avatar del dios Vishnú) y el guerrero Arjuna. Este diálogo sucede justamente antes del inicio del primer encuentro bélico en la batalla de Kurukshetra, la gran guerra fratricida entre los Pandava y los Kaurava, dos clanes enfrentados a pesar de tener la misma sangre, descendientes del gran rey Bharata, el mítico fundador de la India en la tradición védica.

Krishna, también conocido como la Suprema Personalidad de Dios, se presenta como el auriga y consejero de Arjuna, príncipe de los Pandava, quien lo cuestiona sobre temas de carácter moral referentes a su participación en esta guerra.

Por un momento, Arjuna se olvida de su deber como guerrero o kshatriya, el cual es luchar por una causa justa en una guerra sagrada. Por motivos personales, Arjuna no quiere combatir en el campo de batalla, y Krishna, que había aceptado ser el conductor de la cuadriga de su amigo y devoto Arjuna, encuentra a este totalmente abatido y en ilusión, por lo que decide entonces iluminarlo, recordándole su deber social como guerrero, y algo más importante aún, su deber eterno y su naturaleza (sanatana-dharma) como entidad espiritual eterna en relación con Dios.

Como parte de sus enseñanzas, Krishna le dice a Arjuna que los cuerpos transmutan y que la muerte no se puede evitar, que no combatir traerá su deshonra, y, de esta forma, lo instruye en las ciencias del bien y del mal.

Importancia del Bhagavad Gita

Las verdades filosóficas que se exponen en esta obra tienen un valor que ha sido tan trascedente que el Bhagavad Gita ha sido considerado, durante largo tiempo, la esencia de la literatura védica, el vasto cuerpo de las antiguas escrituras que conforman la base de la filosofía y espiritualidad védicas.

A lo largo de miles de años, personas inquisitivas han consultado el diálogo eterno entre el Señor Krishna y su discípulo Arjuna, buscando respuestas a sus más profundas interrogantes acerca del yo y del universo.

De igual forma, grandes personalidades modernas lo han tenido en la más alta consideración. Por ejemplo, Gandhi llamaba a este libro su «diccionario espiritual»; Einstein lo alababa mencionando que ante el Bhagavad Gita el mundo cotidiano parecía superfluo, e incluso se dice que el físico teórico estadounidense, Oppenheimer, comparó la bomba atómica con la teofanía que Krishna le obsequia a Arjuna en el capítulo 11, en la que se muestra en su forma de múltiples brazos empuñando diferentes armas, con el resplandor de mil soles: «Me he convertido en la Muerte, la destructora de mundos», dijo el físico después de la primera explosión atómica. Asimismo, el escritor y filósofo británico Aldous Huxley decía que el Bhagavad Gita era la manifestación de evolución espiritual más sistemática y de valor perdurable que tiene la humanidad.

Todo esto gracias a que es una obra que presenta una concepción que integra problemas fundamentales de la filosofía, tales como: qué es el hombre, qué es Dios, cuál es el significado de la vida humana y cuáles son los principios de su evolución.

Las enseñanzas eternas del yo y el universo

Considerado como la joya de la sabiduría espiritual de la India, las enseñanzas del Bhagavad Gita trascienden las limitaciones de tiempo y lugar, para aplicarse a los esfuerzos humanos más fundamentales de comprender la identidad y la existencia del ser.

De esta forma, el Bhagavad Gita se muestra como una clase magistral de los métodos que se deben aprender a dominar para obtener la liberación, el estado libre de la muerte y el sufrimiento (moksha). Este es el tema fundamental del libro, en este sentido muy parecido a los Upanishad, los textos esotéricos que también se centran en enseñar métodos para alcanzar la liberación.

Para entender esta lucha eterna, en el Bhagavad Gita se explican los modos de ser de la naturaleza, es decir las gunas: sattva, rajas y tamas, entidades poderosas que condicionan el pensamiento de todos los seres. También conocidas como bondad, pasión e ignorancia, constituyen las tres modalidades de conciencia que nos condicionan.

Por otra parte, el Bhagavad Gita plantea dos niveles principales de realidad y un tercero, intermedio. Podemos emplear los términos sánscritos dharma y moksha para tratar los dos principales, y el término yoga para el tercero.

Como bien se explica en el libro, dharma se refiere a un grupo de valores que comprenden el deber, la religión, la moralidad, la ley, el orden y la justicia, y que unidos conforman el sostén de la vida humana civilizada. Igualmente, el yoga hace referencia al intento del hombre de apartarse de la vida mundana en su esfuerzo por incorporarse al estado de liberación, y moksha se refiere al estado liberado de perfección y existencia eterna de servicio devocional puro al Señor Supremo, Sri Krishna.

El nivel de dharma representa la condición humana o mundana, mientras que el de moksha, la condición real o absoluta (liberación), siendo el nivel de yoga el paso intermedio.

Según Krishna, las virtudes y conductas que constituyen la verdadera sabiduría para alcanzar ese estado de liberación y conexión con el eterno son: humildad, paciencia, sinceridad, no violencia, rectitud, pureza, devoción al maestro espiritual, constancia, autocontrol, contemplar los objetos de los sentidos sin pasión, libertad del sentido del yo, introspección sobre los defectos (o males) del nacimiento, de la enfermedad, del envejecimiento y de la vejez, desapego, firme ecuanimidad en lo bueno y en lo malo, amor a la soledad, disgusto de las cosas mundanas, persistencia en conocerse así mismo y conciencia del objetivo del conocimiento.

El yoga según el Bhagavad Gita

En cuanto al yoga, su práctica se ha extendido a nivel mundial de una manera exorbitante, los cálculos de las personas que lo practican son inmensos, ya que solamente en Europa se puede decir que existen aproximadamente quinientos millones de practicantes. Estas cifras demuestran que en muchos casos se está cumpliendo el objetivo de acercarnos a las deidades a través de la concentración y la meditación.

El carácter universal del Bhagavad Gita avala los distintos yogas para encontrar la unión con el Brahman, es decir, con la base divina del ser.

Krishna explica a Arjuna, por ejemplo, que el jnana-yoga (el yoga basado en el conocimiento y discernimiento de la mente que comprende que su identidad no es nada y se identifica con el Ser o Atman), utilizando el famoso «neti neti», es un método válido y efectivo para lograr la liberación. Pero aun superior, parece insinuar Krishna, es el karma-yoga (yoga de la acción), algo que es apropiado para el contexto en el que se cuenta la historia: una batalla entre primos.

El karma-yoga es, a grandes rasgos, la acción que sigue el deber (el dharma) de manera desinteresada, sin preocuparse por el fruto del acto.

Krishna, sin embargo, introduce un tercer método: el bhakti-yoga (yoga de la devoción). El bhakti-yoga es la alabanza y fijación de la atención en una deidad personal. Es el apego único a lo divino, que conlleva el desapego a la propia identidad, a la importancia personal y al mundo en general.

Estos tres yogas presentados tienen en común, justamente, el desapego al resultado o fruto de una acción. Todas las filosofías de la India comparten esta idea de que el apego, el deseo de obtener un beneficio personal, es la semilla del karma y por lo tanto de la continuidad de la existencia en el samsara o existencia cíclica.

Krishna le dice a Arjuna que actúe cuando titubea sobre luchar o no en la batalla, puesto que es su deber, pero le advierte que no se aferre a sus actos, que los realice con la atención puesta en lo divino, como un sacrificio, como una ofrenda. Esta es la esencia del karma-yoga, la acción virtuosa, sin espera de recompensa.

En el caso del bhakti-yoga, el desapego ocurre producto de una pasión devocional en la que el practicante deja de interesarse por su propia persona, se pone al servicio de la deidad y por lo tanto no siente apego y se libera de las normas y constricciones sociales. La devoción es, de alguna manera, una síntesis del karma y del jnana. La única acción que merece hacerse (y que no inscribe karma) es venerar a la divinidad, ponerse a los pies de loto. Krishna enseña que en tiempos decadentes (el Kali Yuga), donde es más difícil acercarse a Dios, esta es la forma más efectiva para alcanzar la liberación.

En el jnana-yoga se busca a través de la introspección, un desapego de todo lo que no es real, como, por ejemplo, el cuerpo físico. Este es el yoga practicado fundamentalmente por el advaita vedanta, en el cual se sigue una vía negativa de eliminación de todo lo que es irreal (maya): el mundo material, el cuerpo, el ego, la mente dualista, para alcanzar el conocimiento del Atman o espíritu individual que es idéntico al Brahman (el Ser Universal).

Influencia del Bhagavad Gita

El Bhagavad Gita ha establecido de alguna manera la vida social, ética, cultural y hasta política de la India, por cientos de años, durante los tiempos gloriosos de la cultura védica y también posteriormente, a pesar de las influencias extranjeras de griegos, musulmanes e ingleses. La influencia del Bhagavad Gita no está limitada solamente a la India. Esta obra ha influido profundamente el pensamiento de generaciones de filósofos, teólogos, educadores, científicos y escritores del mundo occidental.

En este libro, Krishna da instrucciones claras a todo tipo de problemas que se presentan a largo de la vida: ¿De dónde venimos y por qué existimos? ¿Adónde vamos después de la muerte y cuál es nuestro deber en este mundo? ¿Qué pasa en otros planetas? ¿Qué es felicidad y verdadero conocimiento?

Krishna tiene todas las respuestas a esta preguntas porque Él es Dios y no un ser viviente común como nosotros; y por eso el Bhagavad Gita es, sin lugar a dudas, un tratado espiritual de primera magnitud y una de las más importantes obras clásicas del mundo.