Sobre el autor

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La misión de Daniel Gabarró es inspirar, acompañar y transformar conscientemente las personas, las empresas y las organizaciones.

Daniel Gabarró se dedica a iluminar la realidad, a crear mapas para llegar a vivir en plenitud, libres y felices.

Imparte cursos, conferencias y talleres en la línea de Antonio Blay, Anthony de Mello y Gerardo Schmedling, partiendo siempre de su propia experiencia personal.

Profesionalmente es empresario, licenciado en humanidades, experto en PNL (programación neurolingüística) y diplomado en dirección y organización de empresas. Exprofesor de la Universitat de Lleida y de la Universitat Ramon Llull.

Habitualmente colabora en varios medios de comunicación, radio, prensa y televisión, como por ejemplo "L’oficici d’educar" y "L’ofici de viure" de Catalunya Radio y de TV3, donde ofrece herramientas de autoconocimiento para vivir con más conciencia.

Entre sus libros destacan: Liderazgo consciente, Empresa y espiritualidad, 21 creencias que nos amargan la vida, 7 herramientas del amor, Revolución sin enemigos...

Propósito del libro

"Nosotros y la realidad somos una única cosa"

El actual momento político y social en España es intenso: conflictos territoriales, desafección política, ausencia de valores, noticias manipuladas, desengaño, corrupción...Viejos conocidos para todos nosotros.

Podemos tener la tentación de darle carpetazo e ignorar todo lo que huela a política. Pero sería un error.

No podemos pretender que la política no influya en nuestras vidas. La política surge, necesariamente, cuando un grupo de personas se encuentran. No podemos permanecer al margen. Es, literalmente, imposible. Por ello, lo más sensato es plantearse cómo podemos relacionarnos con esta parte de la realidad con la máxima sabiduría.

Tu nivel de comprensión te obligará a concebir las cosas y los hechos de una forma determinada. No puedes ver la realidad de una manera distinta a como la comprendes ahora. Cuánta más comprensión, más capacidad de vivir sin sufrimiento y mayor capacidad de influir positivamente en la trasformación del entorno.

Si consigues una mirada con mayor comprensión y sabiduría, también tu actuación social será más útil y sabia. No solo tendrás más paz interior; sino que, también, generarás más armonía externa.

El libro que tienes en las manos quiere ofrecerte, de una manera clara y directa, criterios para saber cómo actuar socialmente, especialmente, en momentos convulsos. En otras palabras, pretende explicar cómo podemos aprovechar los momentos políticos actuales para crecer interiormente. Porque, a pesar de la confusión imperante, es posible mantener nuestra paz interior inalterada y aprovechar los sucesos que ocurren para avanzar como sociedad y como individuos.

A partir de mi experiencia personal, tejeré una serie de reflexiones, aplicables en cualquier contexto.

Algunas personas pensarán que este documento es innecesario, pues creen que el trabajo interior tiene que permanecer al margen de los conflictos sociales. Personalmente, creo que se equivocan; así como, también, lo hacen las personas que luchan por una sociedad mejor sin, a la vez, aprovechar esta acción como un espacio de auto conocimiento y de crecimiento interior.

Creo que podemos encontrar una forma más sabia de actuar, que transforme la realidad y que, al mismo tiempo, nos transforme positivamente a nosotros.

Este libro te dará herramientas para conseguirlo. Concíbelo como un punto de partida para que, a posteriori, seas tú quien decida cómo quieres actuar. Yo solo te mostraré herramientas y criterios para hacerlo, pero tienes que ser tú quien las verifiques. No creas ciegamente nada: compruébalo y valora por los resultados. Por esa razón, en muchos capítulos encontrarás propuestas de verificación, sugerencias para integrar las aportaciones y ejemplos prácticos para que evidencies que no hablamos solo de teorías.

Cada situación compleja nos ofrece la oportunidad de crecer interiormente y socialmente. Aprovechemos el momento. Si lo hacemos con conciencia, no solo contribuiremos con nuestra sociedad; sino, también, con nosotros mismos. Nosotros y la realidad somos una única cosa. La visión de una realidad separada de nosotros es tan errónea como la visión de un baile separado de la música. Al actuar conscientemente, nos descubrimos, nos conocemos, llegamos a ser.

¿Te atreves?

Daniel Gabarró
Sherpa Espiritual1


1 Sherpa significa que, simplemente, acompaño: cada persona anda por sí misma; yo solo acompaño por los caminos interiores que conozco. Espiritual significa que los caminos por los que acompaño son caminos que nos traen a nuestra esencia, a descubrir quién somos, más allá de la forma física, las emociones, las ideas y las acciones que podamos hacer. Desde este punto de vista, estos caminos espirituales son de una espiritualidad laica y pueden ser recorridos por personas de cualquier religión; así como, también, desde el ateísmo o el agnosticismo.

Definición de tema social

Un tema social es aquel que ocupa a un grupo de personas. No es necesario que sean miles de personas. Si un tema ocupa a tres o a más personas, ya es un tema social, político o colectivo. Por lo tanto, a menudo nos encontramos ante temas colectivos: en el trabajo, en el pueblo, en el barrio, en la familia, en la comunidad de vecinas y vecinos, en el club deportivo, en la asociación cultural...

Así pues, en cualquier tema social, siempre encontraremos dos componentes; por un lado, las personas involucradas; y, por el otro, la cuestión o el tema sobre el que deciden.

Por ejemplo, en una comunidad de vecinos y vecinas, encontraremos las personas que son propietarias de las viviendas y, por otro lado, las cuestiones del edificio sobre las que decidirán.

Para poner un segundo ejemplo, en unas votaciones hay un grupo de personas y una serie de cuestiones sobre las que decidir.

Implicarse o no implicarse

Cuando se debe abordar un conflicto social o político, las personas adoptan, mayoritariamente, dos grandes posturas: los que deciden implicarse activamente y los que no.

Aquellas personas que prefieren no implicarse, argumentan su decisión de varias formas. A continuación, exponemos las diferentes razones con las que justifican su conducta:

Aun así, hay personas que deciden implicarse y también en este grupo podemos encontrar justificaciones diferentes:

Seguramente, hay tantas motivaciones para actuar como para no hacerlo. No he querido ser exhaustivo, sino dar una visión no monolítica.

En cualquier caso, en este libro intentaremos preguntarnos qué actitud y qué acciones son las más sabias, para transformarnos interiormente y potenciar positivamente la sociedad.

No actuar es imposible

Punto de partida

Como acabamos de ver, hay personas que deciden actuar y otras que deciden no hacerlo, justificándose en diferentes motivos. Pero, ahora, haremos una afirmación fundamental: no actuar es imposible; siempre estamos actuando.

Lo puedo repetir al revés, pues el orden de los factores no altera el producto: es imposible no actuar. La afirmación es clara y rotunda.

Las personas no podemos escoger entre actuar o no actuar. Quien afirma que no actúa, se está engañando.

Mirémoslo con atención: imagina que el presidente/a de tu comunidad de vecinas y vecinos te convoca esta tarde a una reunión extraordinaria. Tú puedes decidir ir o no ir; pero, en cualquiera de los casos, decidas una opción u otra, siempre estás actuando.

Si no asistes, estás actuando, ¡aunque estés descansando tranquilamente en tu casa viendo la televisión! Simplemente, consideras que tu descanso en aquel momento es prioritario a la reunión. Has decidido no ir y, consecuentemente, no vas: no asistir es una acción.

La pregunta clave, pues, no es si debemos o no debemos actuar, si tenemos que implicarnos, o no, en conflictos sociales y políticos. El hecho de estar siempre actuando, nos libera de este dilema. La cuestión principal es: ¿cómo actuar sabiamente? Éste será el núcleo del siguiente capítulo.

Pero, hasta que lleguemos al siguiente capítulo, me gustaría invitarte a considerar que existen dos tipos de acciones: las externas, es decir, aquellas que pueden ser vistas desde el exterior; y las internas, que solo pueden ser percibidas por nuestra conciencia. A pesar de que puedan parecer muy diferentes, ambas son acciones.

Las acciones internas son aquellas que, desde fuera, no pueden ser detectadas por los otros. Por ejemplo, si estamos hablando con una persona y, mentalmente, decidimos que no la volveremos a ver nunca más, estamos tomando una decisión interna. La otra persona no sospechará nada, si nosotros no se lo decimos; pero, interiormente, sabemos que no la volveremos a ver; por lo tanto, es una acción evidente: transforma la realidad. Otros ejemplos de acciones internas posibles serían: decidir callar, decidir no auto engañarse, no mentirse, fingir una opinión diferente a la nuestra, engañar a la otra persona de forma consciente, etc.

El hecho de que una decisión no pueda observarse externamente, no significa que no sea una acción ni que no exista. De hecho, genera un cambio interno que transforma la realidad interior y, como tal, es una acción. Del mismo modo que no negamos la existencia de nuestros sentimientos o pensamientos, aunque no sean físicamente observables, tampoco podemos negar la existencia de acciones, a pesar de que tampoco podamos observar físicamente la transformación interior que provocan.

Al contrario, las acciones externas sí pueden ser observadas por los otros: andar, leer, saltar, hablar, pintar, escribir... pero, como podemos deducir, la acción externa puede contradecir la acción interna. Siguiendo con el ejemplo anterior, puedo decidir hablar y ser educado con la persona con la que hablo (y éste es un hecho constatable por todo el mundo). Aun así, al mismo tiempo, estoy decidiendo no volver a verla nunca más: esto también es una acción y puede parecer contradictoria con el trato amable y maravilloso que le dedico.