Bueno, hemos llegado al final de esta historia y aunque con su particular sentido del humor, Sophia nos ha enseñado muchas cosas. Que las adversidades más grandes se pueden superar, que las situaciones más trágicas se pueden tomar con humor y reírnos de circunstancias que no van a cambiar ni mejorar con nuestros llantos y que se puede actuar con honor hasta con nuestros enemigos.

También hemos aprendido que no importan demasiado nuestras palabras sino más bien nuestras acciones. A lo largo de esta obra, Sophia ha dicho cosas hirientes e insensibles, pero luego ha actuado como una persona con valores y principios, que no traiciona sus ideas, que dice lo que piensa, que cumple su palabra y en muchos aspectos es un reflejo de lo complicados que somos los seres humanos.

Espero que se hayan reído y emocionado como yo lo he hecho y espero volver a encontrarnos más adelante con más de Sophia… ahora voy a descansar porque ya no la soporto más.


Nico Quindt

Sophia Laurent



FIN



Nico Quindt

La más amada 5

La más odiada 4

Quindt, Nicolás Alejandro

La más amada 5 : la más odiada 4 / Nicolás Alejandro Quindt ; ilustrado por Nicolás Alejandro Quindt. - 1a ed . – Buenos Aires : Nicolás Alejandro Quindt, 2018.

Libro digital

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-42-7471-7

1. Literatura Infantil y Juvenil. 2. Novelas Románticas. 3. Amistad. I. Quindt, Nicolás Alejandro, ilus. II. Título.

CDD 863.9282

© Nico Quindt2018

Queda hecho el depósito legal establecido por la ley 11.723.

1

Una tal Sophia Laurent


Ok, aquí estoy una vez más en “La más amada 5” con YO de protagonista, la mejor, la únic...

@NicoQuindt: Hey es "La más odiada 4"

@SophiaLaurent: ya empiezas a interrumpirme, creo que tu Nick comenzará a ser @EscritorMuerto, ahora largo de aquí que estoy haciendo la introducción a mi super novela genial...

Sí, ya sé lo que se preguntan porque son imbéciles: ¿Cómo temporada 5? Y ¿Dónde está la temporada 4? No hay temporada 4. Voy a relatar la temporada 5 porque soy la mejor. Me gusta el número 5 y odio el número 4, creo que el 4 siquiera debería ser un número. Los perros, por ejemplo, deberían tener 5 patas, una pata extra solo para rascarse mientras caminan, así como las sillas si es que alguna vez decidieran caminar, como sea, no hay temporada 4.

En realidad, me salteé la cuarta temporada porque no quería contarles cómo sucedió todo. La realidad es que ahora en este momento estoy sentada en una vereda con un plato a mi lado pidiendo limosnas. Sí, soy una pordiosera.

Mi empresa fundió luego de pagar mi fianza y perdí mi casa por seguir algunos consejos del profesor Felipe que acabó en el manicomio.

Las explosiones no eran tan buenas bromas y el gobierno no encuentra muy graciosa la posesión de algunos materiales radiactivos. Luego les contaré como pasó todo, o quizás no, no lo sé, no me molesten.

—Sophia —dijo Louis— ven a vivir conmigo.

—No quiero que un hombre me mantenga es muy humillante... —le respondí.

—Te refieres a más humillante que estar tirada en una calle pidiendo limosnas.

—Deja tu moneda y vete —reñí.

Louis sacó un billete de su billetera y lo metió dentro del plato. «¡QUÉ! ¡Un pobre era más rico que yo! Sí, así de mal estaba el mundo»

—Idiota no quiero tu caridad —lo insulté.

Louis se agachó a recoger de nuevo el billete.

—Deja ese billete ahí, no entiendes nada... debes dejar el billete. Luego yo te digo que no lo quiero, pero tu igual no lo vuelves a recoger, ¿acaso no tienes orgullo?

—Te amo Sophia, pero estás mal de la cabeza.

—Por supuesto que me amas, ahora ¡largo! ...

Liam paseaba junto con Gwen y se encontró con Louis a poca distancia de mí.

—No lo puedo creer —dijo Liam al verme en el suelo— ¿cuánto hace que está viviendo en la calle?

—Hace como unos 23 minutos —Louis miró la hora en el celular.

Creo que oírlos fue lo que me alentó a tomar la decisión.

—¡Se acabó! —dije poniéndome en pie— Sophia Laurent volverá a ser la de antes. Dejaré esta vida de mendiga de una vez...

En ese momento pasó un niño con un sandwich en la mano.

—Dame eso niño apestoso —dije arrebatándoselo y dándole una patada que lo hizo tropezar.

—Buaaa! —se fue llorando el chico.

—¡Hey! ¿No te enseñó tu mamá a ser solidario?

Estaba muriendo de hambre, tomé el dinero que tenía en el plato y fui hasta un Mc Donalds, ese lugar que nunca había conocido mi fabulosa presencia, toda esa comida chatarra la detestaba, pero ahora necesitaba grasa y carbohidratos. Pedí un ultra-supercombo-explosivo y crucé la calle hacia un lugar que decía algo así como clínica de obesidad, me senté a comer como un animal, y me sentí descompuesta de tanto devorar, por lo que salí corriendo y entré en otro lugar que tenía un cartel en la puerta que decía: "te ayudamos a superar la bulimia", ahí pude vomitar tranquila metiéndome los dedos.

Por alguna razón, cuando salí de ambos lugares los médicos me gritaban y las chicas lloraban desconsoladas.

«Qué loco está el mundo» —pensé. ¿Acaso una chica no puede sentarse a comer tranquila frente a una clínica de dietas y a vomitar frente a otra clínica contra la bulimia y anorexia?

Louis se me acercó nuevamente, me estaba observando, tomándose la cabeza y simulando que no me conocía, el muy idiota parecía sentir vergüenza de mí, cuando la que debería sentir vergüenza de él era yo.

—Ahora ya sé lo que es la pobreza, no volveré a burlarme ni a discriminar a los pobres... —afirmé con determinación.

—Me alegro Sophia, podríamos ir a mi casa un rato... —recomendó Louis.

—¿Qué? Y estar en ese barrio de gente pobre, que vive en la pobreza, que no se baña demasiado seguido porque es muy pobre... de ninguna manera... ¡odio a los pobres! ¿Acaso no te lo he dicho siempre?

—Pero acabas de decir que no volverías a discriminar a los pobres...

—Silencio, nunca digas que yo dije lo que dije, cuando yo diga que no lo dije, salvo cuando yo diga que lo que dije lo dije ¿está claro?

—Sophia... tú no cambias más...

—Hasta nunca idiota... —este hubiese sido el momento perfecto para salir volando con una capa roja por los aires, desafortunadamente esta no era una novela de super-héroes.


*

Me paré en la puerta de la casa de mi archi-ultra-enemiga Dayana Lords y toqué el timbre.

—Hola idiota —le dije.

—¿Qué sucede? Veo que al fin te decidiste a comer mis sobras... no te sientas celosa porque tuve a Louis antes que tú, solo lo probé un poquito... —me respondió la muy insolente.

Por esto odio que los chicos besen a otras infelices, deberían estar todos esperando durante toda su vida por una oportunidad conmigo, no me gustan los hombres usados y menos por este tipo de perras que te lo refriegan en la cara.

—¿Terminaste infeliz? —Crucé los brazos.

—¿Qué necesitas Sophia?

—Que me ayudes a refundar V.I.P.

—Pero, te vi como pordiosera y no te queda mal, creo que ese siempre fue tu lugar, y todo el esfuerzo que has hecho para estar en mi nivel era demasiado. Quédate ahí que al fin la vida te puso en tu lugar —qué odiosa que era esta tarada, la detestaba, pero la necesitaba.

—No fue la vida, fue el idiota del escritor imbécil de esta novela, incluso yo no quería besar al infeliz de Louis, pero todas las fracasadas que leen esta serie y no tienen vida amorosa querían que lo bese y como @NicoQuindt tampoco tiene vida amorosa porque es más fracasado que ellas, entonces me hizo besarlo en la temporada 3, pero si era por mí te lo quedabas...

—Está bien, si quieres me lo quedo, tráelo de vuelta...

—Ni lo sueñes... ahora lo tengo yo y un hombre que estuvo conmigo no puede estar con ninguna nunca más en su vida, o estará contigo pensando en mí, no creo que quieras eso.

—¿Cómo haces para estar en la ruina y aun así creerte superior a todo el mundo? —Preguntó sorprendida e indignada.

—¿Me ayudarás o no? —Le insistí. Ya me estaba agotando.

—¿Estás admitiendo que necesitas mi ayuda? —Hizo esa sonrisita detestable, aunque tenía los dientes ultra blancos Luminous Max White.

—Idiota, no estaría llamando a tu puerta si no necesitara tu ayuda... admite que trabajar en V.I.P. fue lo más divertido que te pasó. Tengo que hacerlo Dayana, es lo que mis padres me dejaron con el trabajo de toda su vida y yo me la he pasado jugando y la fundí por mis juegos...

—No te culpes, no tienes la culpa que te hayan secuestrado y que justo el secuestrador supiera que tenías un millón para pagar el rescate...

—Emmmm... sí, ese estúpido secuestrador, se cree muy listo con su habilidad de adivinar mis reservas de dinero —respondí.

—Pero sí, trabajar en V.I.P. fue de lo más divertido, y creo que si me dejas hablar con algunas personas la refundaremos... —tuvo que admitir.

—¡Sí, soy la mejor!

—¿Cómo eres tú la mejor si la que te va a ayudar a refundar tu empresa soy yo?

La muy idiota me cerró la puerta en la cara.


*

Liam había dejado de trabajar hacía tiempo en mi empresa, eso sucedió en la temporada 4, pero no les voy a contar nada, solo que de alguna manera él comenzó a notar que V.I.P. iba a colapsar y se adelantó regresando a trabajar dictando clases de literatura, solo que esta vez en la Fashion Chic. Esa escuela de perdedores. Mientras que Brandon, Garret, Jessica y Ana habían retomado sus estudios y estaban en la universidad.

En tanto yo estaba atascada tratando de encontrar la manera de refundar mi empresa.

«Piensa Sophia, piensa» —pensé.

Estuve toda la noche pensando y no pude hallar el modo de que todo volviera a la normalidad.

De pronto recordé un dato esencial: “Estábamos dentro de una novela, si quería que algo sucediera solo tenía que convencer a una persona para que lo hiciera posible…”

—Sophia llamando a escritor muerto, Sophia llamando a escritor muerto...

@NicoQuindt: ¿qué quieres?

@SophiaLaurent: Solucióname esto, que no sé cómo hacer...

@NicoQuindt: Pídemelo “por favor”.

@SophiaLaurent: p... p... púdrete imbécil.

@NicoQuindt: Entonces no.

@SophiaLaurent: No puedes solucionarlo.

@NicoQuindt: Por supuesto que puedo, soy el escritor, puedo hacer lo que quiera, fíjate:

Y todo se solucionó mágicamente sin saber cómo y nadie preguntó nada. Y Sophia ganó la lotería sin jugarla y con el dinero volvió a reabrir V.I.P.

@SophiaLaurent: Así está mejor... ¿puedo tener mi empresa de nuevo?

@NicoQuindt: está bien, sigue en tu empresa, haz lo que quieras con tu novela, pero compórtate o te vuelvo a dejar en la calle...

Idiota...

UWU puedo hacer lo que quiera con mi novela... veamos entonces...


15:00 hs de la tarde, salón del presidente.

—Señor presidente, una tal Sophia Laurent está al teléfono —dijo el secretario del presidente pasándole la llamada.

El presidente atendió mi llamada con urgencia.

—Estúpido ¡no hagas esperar nunca a Sophia! —el presidente regañó a su secretario— Señorita Sophia ¿qué desea? ¿Qué? ¿Qué le cambie el nombre al país por Sophilandia? Sí, lo que usted desee...

Así estaba mejor, ya era momento de que reconocieran que soy la f***ing ama.


Y en otra galaxia muy lejana...