Tu Mentor de Negocios

Tu Mentor de Negocios

Despega en tu Emprendimiento

Raimon Samsó

Ediciones Instituto de Expertos

La transformación es superior a la información.

Escribo y publico libros que transforman vidas.

No me conformo con libros que informen en lo que se olvidará -en su mayor parte- a los pocos días. Pretendo la transformación del lector que, al convertirse en lo aprendido, nunca olvidará lo leído.

No porque lo recuerde, sino porque lo es.

Raimon

“Si quieres ir rápido, camina sólo,

si quieres llegar lejos, ve acompañado”.

Proverbio africano

ÍNDICE

Introducción del autor

1. Aplicar lo aprendido para… ¡hacer negocios!

2. Mini-hábitos para grandes resultados

3. Seis actitudes ganadoras en los negocios

4. El poder de influir positivamente en los demás

5. Cómo crear contextos de compra automática

6. Preguntas que aceleran la decisión de compra

7. Duplicar resultados

8. Liderar negocios desde la consciencia

9. Negocios bendecidos por el éxito

10. El punto de no retorno: negocios “made in heaven”

Mentoría con el autor

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Te pido un favor

Introducción del autor

He tenido la fortuna de mentorizar a infinidad de emprendedores de diferentes sectores en el Instituto de Expertos. En los últimos años, he conocido a muchas personas que emprenden; y me siento feliz por haberles hecho prosperar en su emprendimiento.

Me refiero a personas inteligentes y sensibles con las que me siento muy próximo en cuanto a mentalidad y visión de vida. Personas corrientes que se atreven a lo extraordinario. Para mí son los héroes y las heroínas de nuestro tiempo.

¿Cómo podría definirlas mejor? Son personas: motivadas, guiadas por valores, educadas, amables, valientes, disruptivas, que se forman continuamente, que aman leer libros de mejora personal y profesional, que viven por un sueño (o muchos), que cambian vidas… y que promueven ante todo un estilo de vida libre y autónomo.

¿Se puede pedir más? Para mí son la humanidad del futuro. Tal vez por eso es por lo que, en nuestro tiempo, aún no son comprendidas plenamente.

Yo también encajo en esa definición, compartimos la misma visión y hablamos el mismo lenguaje. Nos dedicamos a lo mismo: proyectos que cambian vidas. Por eso me siento muy próximo a quienes se atreven a emprender cualquier tipo de negocio.

Todos nosotros formamos la tribu de los emprendedores, con nuestros diferentes modelos de emprendimiento, y somos el futuro de la economía (y de la humanidad). Hemos llegado para quedarnos y deseamos inspirar a todo aquel que quiera liberarse de las cadenas de un empleo público o privado.

Como autor e info-emprendedor siempre he preferido un negocio propio que uno franquiciado. En este último el emprendedor es, en cierto modo, “dueño” de su propia franquicia, pero no controla las reglas del juego, ni los precios, ni los productos que distribuye, etc.

Cuando te asocias con una marca de franquicia puede ocurrir, por ejemplo, que la empresa cambie de pronto las reglas de juego, a mitad de partido, y cuando uno ya realizó toda la inversión. Y tal vez las nuevas reglas no sean de la conveniencia de todos. Este es el riesgo que hay que afrontar siempre que uno está en el negocio de otro.

Algo parecido me ocurrió después de abandonar mi empleo en un banco. Abrí una “franquicia financiera” (filial de un banco español), pero abandoné después de tres años, cuando cambiaron las reglas de juego en un sentido que coartaba mi libertad y mi dedicación. Renuncié a una importante cartera de clientes que generaba ingresos pasivos mensuales elevados. Preferí la libertad al dinero. En ese momento, me conjuré conmigo mismo para crear mi propio negocio tal y como es hoy.

Lo que más me gusta de establecerme por cuenta propia es:

Te voy a hacer una confidencia. Ya no acepto encargos de motivación para empleados de empresas convencionales, pero sí de empresas donde la energía es máxima. Sólo acepto dar conferencias de inspiración a personas automotivadas. Por esta misma razón, cuando tú busques colaboradores para tu negocio, evita trabajar con personas desmotivadas. ¿Sabes por qué? Porque no quieren cambiar, se resisten a superarse. Han abandonado.

En el pasado, trataba de mentorizar a equipos de empleados desmotivados, pero me di cuenta de que era perder el tiempo. En mis conferencias a empresas convencionales, a menudo, la sala albergaba una atmósfera enrarecida donde se percibía rechazo, negatividad, escepticismo, caras largas… Yo veía desde el escenario a personas distraídas, ausentes, manejando su celular, desinteresadas en mi charla, agolpadas al fondo de la sala para pasar desapercibidas. Gente forzada a estar allí, aguardando la hora de acabar para salir corriendo. También percibía la inexistente conexión entre los directivos y sus empleados, y mucho recelo mutuo. Mal rollo.

Tras esos eventos, volvía a casa con la energía muy baja, con la sensación de que había sido una pérdida de tiempo para todos. Hasta que dije basta. No me gusta ser cómplice de farsas corporativas y nunca he tratado de motivar a nadie, sólo trabajo para gente automotivada. Mentorizo únicamente a los que se han comprometido con el éxito.

Prefiero inspirar a los motivados, que motivar a los desmotivados.

Trabajo para los emprendedores que buscan aprender, mejorar, superarse. Para aquellos que derrochan aprecio por los conferenciantes y valoran sus contenidos. Es otra atmósfera, otra actitud, otro nivel de conciencia; más aún, diría que se trata de otra “humanidad”. Y como profesional, cuando comparas ambas audiencias, te aseguro que tienes muy claro donde poner tu tiempo y esfuerzo, y donde no.

No voy a decirte qué has de hacer y que no, ya hay en el mercado muchos másteres de emprendimiento, libros, conferencias, blogs… Yo seré tu mentor de negocios para tu desarrollo personal como emprendedor; tu empresa es cosa tuya. Yo no voy a meter la nariz ahí, porque lo que ocurre en tu empresa no es tan relevante como lo que sucede en tu mente. Te ayudaré con algo muy exclusivo, que muy pocos pueden ofrecerte. Si quieres conseguir lo que aún no tienes, deberás ser quien no eres (vuelve a leerlo, grábalo en tu mente, y díselo a tres personas para no olvidarlo nunca).

Es obvio que no hay ningún negocio seguro ni perfecto. El éxito no está garantizado. Sé que la mayoría de las personas que se inician en un negocio no perseveran, o no llegan a los resultados deseados. También sé que el 85% de los empleados dejarían su empleo si pudieran… pero, entonces ¿por qué ser críticos con el emprendimiento cuando las alternativas dejan mucho que desear?

Nada es seguro. Nada es fácil ni rápido. Nada tiene garantías.

Todo negocio requiere mucho esfuerzo y tiempo para prosperar. La alternativa de un empleo no es mejor. La mayoría de las personas que se emplean en una compañía nunca llegan a formar parte del equipo directivo. También los funcionarios tienen diferencias abismales en sus ingresos. Y así es todo.

Lector, despierta, olvida el sueño de una vida fácil, o de dinero fácil. Es un sueño flojo. Sé duro contigo mismo y pídete más, mucho más. Atrévete con lo difícil y sórbete las lágrimas cuando broten. Saca pecho, y aguanta el chaparrón.

Nuestra civilización se viene abajo debido a la sobreprotección, la queja fácil, la sobrevaloración de los derechos, y a la flojera mental de una parte de la sociedad que vive de espaldas al valor del esfuerzo (parásitos que pretenden vivir a costa del Estado o de los demás).

No quiero entrenar a cualquiera. Un buen mentor debe replantearse seriamente el modo de seleccionar a sus candidatos. No todo el mundo vale para emprender (un día creí que sí, pero ahora sé que no). Mentorizar a los inmentorizables es una pérdida de tiempo para todos.

Yo imagino la selección de mentorizados de la misma manera que la NASA selecciona a sus astronautas (sólo los más confiables tienen cabida en sus vuelos espaciales). Pienso que la gente que se lamenta ante las dificultades es mejor que se quede en casa viendo el lanzamiento en su TV.

No importa el camino que elijas para tu transformación, lo que es innegociable es tu transformación para trascender tus supuestas limitaciones. El cómo, o vehículo, es irrelevante. Sirve y cambia vidas, empezando por la tuya. Y emprender, en pequeña o gran escala, es un buen punto de partida para conseguirlo.

Antes de terminar esta introducción, permíteme compartir una hermosa historia.

Un día recibí el siguiente mensaje, en Instagram, de una persona que no conozco personalmente, pero que sin duda admiro. Omitiré su nombre, aunque diré que es un joven argentino y que es distribuidor asociado de una compañía de MLM que también omitiré. Su mensaje de agradecimiento fue exactamente este:

“Gracias a vos, gané mi primer millón de dólares a los 23 años. Mirando todos tus videos y leyendo tus libros y siguiendo todos tus consejos me enseñaste: a enfocarme en aumentar mi nivel de consciencia para manifestar, a negar mis sentidos, a recoger la emoción futura y a vivirla como presente. Aprendí que el agradecimiento es el botón de la abundancia. Me mostraste que yo soy la abundancia y me desvelaste quien soy realmente. Y lo más loco es que me enseñaste todo gratis. Muchísimas gracias mentor”.

Me considero su mentor en la distancia y ahora seré también el tuyo.

Como puedes imaginar, me emocionó leerlo. Por su juventud, por su gratitud. Por mi parte, me hace sentir útil tener el privilegio de cambiar vidas con un libro o un programa online de mentoría.

Amo a la gente que ha decidido crear su vida ideal, que no espera que alguien le solucione sus problemas. Para mí, las personas que emprenden son héroes y heroínas, la humanidad del futuro, valientes con valores (¡cómo me gusta esta expresión!). Personas que han entrado en “el negocio de la transformación personal”, al cual yo también pertenezco.

Y algo más, si pude mentorizar a una persona a distancia (¡y sin conocerla!) seguro que podré ayudar a muchas más con este libro y mi programa de mentoría online. Esta es la razón por la que decidí escribir este libro y mentorizar a personas para que ganen su primer millón de dólares sirviendo a otros con un negocio bendecido.

Espero que cuando termines este libro, tu motivación sea tal que lo cierres, lo tires por los aires, y salgas corriendo para poner en pie tu propio negocio.


Raimon Samsó, autor emprendedor.