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Jordi Jubany, experto en educación digital, ha escrito un texto desenfadado y lleno de buenos consejos, que nos ayuda a orientarnos en este nuevo universo digital <www.jordijubany.net>.

 

 

José García acaba de actualizar su perfil profesional en la red, mientras Esther, su pareja, interrumpe la lectura en la tableta para enviar un mensaje de móvil a la abuela y recordarle que la esperan a cenar. Sus dos hijos acaban de dejar la videoconsola para ver una serie en el ordenador.

Los García podrían ser nuestra propia familia, una familia que incorpora recursos y aplicaciones de la cultura digital y que aprende a compartir de otro modo experiencias, conocimientos y emociones.

¿Hiperconectados?

Nexos, 3

¿Hiperconectados?

Educarnos en un mundo digital

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Jordi Jubany

Prólogo de Carles Capdevila

Traducción de Alejandra Devoto

Lectio Ediciones

 

—Eumo es la editorial de la UVic-UCC—

Primera edición: febrero de 2017

Diseño de la cubierta: Control Z - Comunicació
Foto de la cubierta: © iStock.com / Geber86

Maquetación: ebc, serveis editorials
Producción del ebook: booqlab.com

ISBN: 978-84-16918-10-2

Queda rigurosamente prohibida sin autorización escrita del editor cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, que estará sometida a las sanciones establecidas por la ley. Pueden dirigirse a Cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesitan fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47). Todos los derechos reservados.

ÍNDICE

Índice visual

Prólogo

INTRODUCCIÓN

1. El mundo digital

La llegada de internet a nuestras vidas

Nativos o inmigrantes, residentes o visitantes

Nuestro consumo cultural

Encuesta de consumo de pantallas

Nos ponemos a dieta digital

Las emociones en la red

Conscientes del nuevo entorno

LA FAMILIA 2.0

2. Cómo organizarse en familia

El álbum de fotos

Perder los papeles

Actualicémonos

Un profesional moderno

El escritorio conectado

Los hogares inteligentes

Recomendaciones

3. Divertirse

Compartir desde el primer día

El imán de las nuevas tecnologías

Juguetes electrónicos y videojuegos

La gran pantalla

Mi música

Antes no era así

Recomendaciones

4. Nuevas formas de leer y escribir

Leer y escribir ya no son como antes

Cada día leemos y escribimos más

Multitud de dispositivos

Conectados de forma crítica

El placer de interactuar

Textos de todo tipo y en cualquier idioma

Recomendaciones

5. Aprender hoy

Carguemos las pilas

Personalizar

Socializar

Siempre y en todas partes

Para todo el mundo

Análisis de datos

Recomendaciones

6. Comunicarse en todo momento

Movilizados

Enredados

Emocionados

Enamorados

Concienciados

Controlados

Recomendaciones

7. Cuidarse mejor

El camino para mejorar

Aficionados y profesionales

La vida en un chip

La salud

Solidaridad en red

Cuidado con la información

Recomendaciones

8. Viajar colaborando

Preparación del viaje

Buscar alojamiento, restaurantes y paquetes  de ocio

El transporte y el consumo colaborativo

Sin perder el norte

Compartir recuerdos

Encuentros en las redes sociales

Recomendaciones

PARA PENSAR

9. Construir la ciudadanía digital

Aprovechar las ventajas y prever los inconvenientes

Educar una actitud sana y responsable

Conocer los derechos y los deberes

Desarrollar la competencia digital

Tomar consciencia de la identidad digital personal y profesional

Descubrir la huella digital de una persona, institución o entidad

El diseño de nuestra identidad digital

10. Los últimos consejos

Las 10 recomendaciones básicas

Lo que conviene recordar

Ergonomía

Con respecto a la vista

El acuerdo padres-hijos por @Policia

Tipos de licencia

Espacios de referencia

Bibliografía / Documentación

Índice visual

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Os invitamos a compartir en las redes sociales las frases, las enseñanzas y las opiniones del libro para ayudarnos a reflexionar juntos sobre la cultura digital en el mundo actual.
#¿Hiperconectados?

 

 

A quienes disfrutan aprendiendo,

a los educadores que nos acompañan,

a las familias que valoran la educación

y a la mía, porque la quiero.

Prólogo

Eduquémonos en el mundo conectado

Este es un libro práctico, útil y necesario. Además, es muy oportuno. Encara un tema que podría ser problemático si no nos arremangamos y, como dice el subtítulo, nos apropiamos de la tecnología. Si lo hacemos, es una oportunidad magnífica. Como afecta a todo el mundo y, por consiguiente, también a las familias, es lógico que las familias tengamos que abordarlo con naturalidad, alegría y conocimiento.

Confieso que me entusiasma el mundo conectado. Si cuando tenía 10 años hubiese querido tocar el ukelele, me habría resultado prácticamente imposible en mi pueblo: Hostalets de Balenyà. Tal vez habría convencido a mis padres de que me llevasen a la tienda de instrumentos de Vic, la capital comarcal, pero las posibilidades de que allí me hubiesen asesorado y yo hubiese avanzado habrían sido remotas. Hoy, si un niño de 10 años escribe en Google «ukelele», «uquelele» o «ukulele» —da igual, porque Google sabe lo que busca—, en pocos segundos tendrá acceso a la compra en línea del instrumento, a las partituras, a videos para aprender a tocar «Boig per tu», a cursos y a asociaciones de amigos del ukelele. Evidentemente, es un gran avance. Podría poner ejemplos más trascendentes: acceder a enfermos de todo el mundo que tengan la misma enfermedad que uno, a resultados de otras personas que investigan sobre lo mismo que uno, etcétera.

Confieso que el mundo conectado me preocupa, sobre todo porque cuesta educar a los hijos en una tecnología que a menudo nos convierte, a los adultos, en adictos maleducados y, además, porque, si la tecnología facilita tanto las oportunidades y acelera tanto los procesos, evidentemente hace lo mismo con los riesgos.

Sin embargo, puede que lo que más me confunda —y por eso celebro el sentido pragmático, divulgativo y global del libro de Jordi Jubany— sea nuestra manera de afrontar la tecnología: hay padres papanatas, capaces de decir que su hijo de 2 años es tan inteligente que a los 2 años ya sabe usar un iPad, y padres paranoicos, que consideran internet un nido de pederastas, terroristas y maltratadores.

Pues no, señor papanatas: si su hijo de 2 años fuese tan inteligente, no metería los dedos en el enchufe —algo que también hace—, porque los niños descubren el mundo con las manos, y por eso inteligente es la persona que inventó el iPad y puso el mundo conectado al alcance de nuestros dedos.

Y no, señor paranoico: la pederastia, el terrorismo y el maltrato no son inventos de internet y no podemos confundir el medio con su utilización.

Dicen que cuando el sabio señala la Luna con el dedo el tonto mira el dedo. A veces somos poco listos y nos preocupamos mucho de la tecnología, confundimos aprender a conducir con aprender mecánica y nos perdemos el mundo conectado y sus oportunidades educativas, que son una luna llena maravillosa.

Del libro de Jubany me gustan los ejemplos concretos, los programas, las aplicaciones y las soluciones para que la vida en familia nos permita vivir juntos el mundo conectado, para difuminar las diferencias generacionales de conocimiento.

Del libro de Jubany me gusta la neutralidad con la que presenta buenas y malas noticias, usos y abusos; que, además de enseñarnos a vivir, nos invite a pensar en lo que estamos haciendo y en cómo lo hacemos; que aborde temas clave, como la privacidad y la intimidad, y, sobre todo, la necesidad de desconectar, cada vez más fundamental para que el mundo conectado no se convierta en un mundo loco en el cual nadie está del todo donde debería estar.

Hace años, le pedí consejo a un entendido sobre qué hacer con internet y los niños. Me respondió que, para extraer conclusiones, haría falta toda una generación educada con las nuevas herramientas. Se lo agradecí, pero le dije que necesitaba un consejo para esa misma tarde. Evidentemente, cambié de asesor de cabecera y encontré uno que me resultó muy útil: me recomendó que colocara el ordenador en una zona común y que se tuviera que compartir, lo cual permitía un control más natural y unos turnos forzosos; pero, justo cuando celebraba esta pequeña solución doméstica, los teléfonos inteligentes han hecho que internet entrase en los dormitorios. Y ahora ¿qué? Ahora toca leer a expertos que asumen el riesgo de proponer en directo, cuando todo cambia, como Jordi Jubany en ¿Hiperconectados? Educarnos en un mundo digital.

Introducción

Idea clave 1

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La cultura digital e internet aportan nuevas maneras de ver, vivir, pensar y sentir el mundo que transforman nuestra sociedad.

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Animales culturales hay muchos, pero nuestra cultura
es la única que está socializada por la tecnología.
EUDALD CARBONELL, arqueólogo catalán

 

Hace unos años no habríamos podido escribir ninguno de los capítulos de este libro, porque nuestro contexto social era diferente. Hoy en día, las familias hemos incorporado recursos, herramientas y aplicaciones de la cultura digital que antes no existían. Estos instrumentos abren un mundo de posibilidades para compartir experiencias, sentimientos y conocimientos con otras personas de un modo saludable, ético y responsable.

La sociedad digital e internet aportan nuevas maneras de ver, vivir, pensar y sentir el mundo que influyen en lo que hacemos habitualmente en casa: organizarnos, leer, escribir, divertirnos, aprender, comunicarnos, cuidarnos o viajar. La apropiación de la tecnología actual nos ayuda a acercarnos a la cultura, la ciencia y el arte y a hacerlo de forma más creativa, crítica y colaborativa.

Aquí encontraremos ideas, recursos y recomendaciones que nos ayudarán a acercarnos a este contexto que cambia a toda prisa. Haremos descubrimientos útiles ante las continuas novedades, que pueden generarnos incertidumbres, dudas e inquietudes. Se trata, sin duda, de un entorno complejo, pero en la sociedad posindustrial debemos aprender a gestionar la privacidad, la seguridad, el conflicto y los derechos y los deberes que tenemos como ciudadanos digitales.

Aquí encontraremos ideas, recursos y recomendaciones que nos ayudarán a acercarnos a este contexto que cambia a toda prisa.

Este libro se puede leer en familia. A partir de la descripción de situaciones reales quiere facilitar la reflexión y la educación, dando criterios para tomar decisiones. Compartir la lectura con otras personas puede ayudar a crear una red interesante para que todos aprendamos de este mundo digital en el cual no nos han enseñado a movernos.

El texto comienza con una introducción al mundo digital, con nuestros usos y abusos. En la segunda parte damos un paseo por las actividades cotidianas de una familia que nos ofrece sus recomendaciones. La última parte habla de las implicaciones que tiene la ciudadanía digital y nos da unos consejos finales para que reflexionemos juntos. Ya parece imposible vivir al margen de la influencia del entorno digital.

¿Hiperconectados? Todo parece indicar que el nivel de conexiones de hoy es mayor que el de ayer pero menor que el de mañana. Las cosas, las personas o los servicios nos mandarán datos que reclamarán nuestra atención. Tendremos que aprender a gestionarlos y, en definitiva, a gestionarnos.

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El mundo digital

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Es importante que los adultos experimentemos
personalmente las tecnologías y las redes.
TÍSCAR LARA, comunicóloga española

 

En este capítulo vamos a ver cómo ha entrado internet en nuestra vida y cómo se incorporan al hogar las nuevas tecnologías. Trataremos de comprender cómo las utilizamos, en lugar de juzgar de entrada si son buenas o malas. Conoceremos cómo usamos las pantallas y nos plantearemos si tenemos que seguir una dieta para controlar nuestro consumo. Además, tomaremos conciencia de la importancia de la gestión de las emociones en la red y de cómo relacionarnos con este mundo cambiante.

La llegada de internet a nuestras vidas

No sabemos cómo seremos dentro de unos años, pero lo cierto es que ahora somos diferentes de como éramos hace diez o veinte años, en parte gracias al mundo digital, o por su culpa. Antes no disponíamos en el hogar de la cantidad de tecnologías que sin duda afectan —nos guste o no— a todo lo que hacemos, pensamos y sentimos y a cómo nos relacionamos. Nos encontramos en lo que se ha dado en llamar «sociedad líquida», en la cual ya no podemos pensar que todo sea tan sólido ni para toda la vida: el trabajo, la pareja, el lugar de residencia…

Vivimos un momento histórico tan importante como lo fue la aparición de la escritura para la cultura oral, que trajo numerosas consecuencias culturales, económicas y sociales. La actual proliferación de pantallas conectadas nos brinda acceso a los servicios de redes sociales y a la avalancha de información que nos facilita internet. Estos cambios aceleran las comunicaciones y las nuevas generaciones los disfrutarán o los sufrirán a lo largo de su vida.

Hoy estamos todos más cerca. Las nuevas formas de comunicación han reducido la distancia que había entre gobernantes y ciudadanos, entre deportistas y aficionados, entre artistas y admiradores, entre otros, y permiten una relación cada vez más próxima. Esta comunicación inmediata ha permitido tanto la proliferación de movimientos sociales reivindicativos como el espionaje de las actividades que llevamos a cabo. En poco tiempo han aparecido plataformas digitales muy poderosas: Wikipedia nació en el 2001; Facebook, en el 2004; YouTube, en el 2005; Twitter, en el 2006… Actualmente, internet es al mismo tiempo una red de redes y una mediateca cuyos contenidos adoptan múltiples formas y formatos, con textos, imágenes, músicas, videos, programas, conferencias, etcétera.

Si hace unos años hubiésemos contado todo lo que hoy podemos hacer con tanta facilidad con las nuevas tecnologías, seguramente no nos habrían creído. Hoy tampoco nos imaginamos todo lo que podremos hacer dentro de unos años con todas las posibilidades que surgen.

Muchos tenemos la suerte de haber conocido cómo se articula la sociedad antes y después de la expansión de internet y la cultura digital.

Muchos tenemos la suerte de haber conocido cómo se articula la sociedad antes y después de la expansión de internet y la cultura digital.

Nativos o inmigrantes, residentes o visitantes

A los niños que prácticamente nacen con una tableta o un teléfono móvil bajo el brazo se los llama «nativos digitales», porque manifiestan una habilidad evidente para los nuevos medios. Están acostumbrados a usar las aplicaciones de los dispositivos móviles y a estar siempre conectados. Como ejemplo de esta nueva manera de ser, muchos adolescentes actuales no dicen «hola» ni «adiós» cuando intercambian mensajes, pero no porque no sean educados, sino porque consideran que no comienzan ni acaban nada, porque la conversación permanece abierta en el tiempo.

Los adultos somos los recién llegados a estas nuevas herramientas y por eso nos llaman «inmigrantes»: porque nos resulta novedoso incorporarlas a nuestra vida cotidiana. A pesar del éxito que han tenido los términos «nativos digitales» e «inmigrantes digitales», hay otros, como «residentes digitales» o «visitantes digitales», que distinguen a quienes están siempre conectados de quienes lo están ocasionalmente. Sin embargo, conviene destacar que, por diestros que sean los niños manejando menús o pasando pantallas, esto no los vuelve competentes en el mundo digital. Las máquinas funcionan de forma automática, pero las personas no aprendemos el uso saludable y responsable de la misma manera.

A menudo son necesarios criterios y estrategias para hacer un uso crítico de los medios y no ser meros consumidores de dispositivos y contenidos.